EL TENDIDO DE LOS SASTRES

Morante y los bienaventurados


sábado 7 mayo, 2022

Es una explosión de belleza inaudita en la que la emoción estética va de la mano de un compromiso ético admirable

Morante (1)

María Zambrano definió a los bienaventurados como seres únicos, al margen,  habitantes del límite, fronterizos. Ver torear a Morante, es ver a un bienaventurado. Tal que hoy en La Maestranza.

La faena al cuarto, sobrero de Garcigrande de amplias hechuras y que nada bueno prometía en los primeros tercios, fue, desde el inicio pegado a tablas con ayudados por alto a dos manos ganando terreno que eran estampa viva de añejas reminiscencias, una sucesión de prodigios.

Torea Morante anclado sobre el albero, reunido con el toro y todo su cuerpo torea a la vez. Es una explosión de belleza inaudita en la que la emoción estética va de la mano de un compromiso ético admirable.

Ver torear así es un regalo de los dioses y escribir sobre ello, contarlo, tarea vana.

Mientras el corazón acelerado se atempera, grito desde lo más hondo de mis sesenta años de aficionado: ¡Viva Morante! (Y allá penas el color del vestido, camisa y vueltas del capote)