La temporada de Diego Ventura no está siendo nada fácil. Pese a ser una de las máximas figuras del rejoneo, ve cómo año tras año se le cierran las puertas de muchas ferias en las que debería tener su hueco. Sin hacer todavía el paseíllo en Pamplona y con dos actuaciones en 2011 y 2014 en Bilbao, su balance en estas dos plazas se antoja muy escaso, y no precisamente por falta de voluntad del propio Ventura. Un rejoneador al que le ha costado un mundo en entrar en plazas norteñas, pero las cuales con el paso del tiempo acabaron abriéndole sus puertas.
Un comienzo de temporada en el que Arles y Valencia fueron las únicas plazas en las que el rejoneador afincado en La Puebla del Río pudo meter la cabeza, otras como Sevilla y Madrid se quedaron sin anunciarlo en este 2022. Si queremos fortalecer un tipo de espectáculo como es el rejoneo, las cosas hay que hacerlas con tacto y con mesura. Sevilla decidió darle preferencia al triunfador de 2021, año en el que tampoco estuvo anunciado Diego, mientras que Madrid se enrocó en una serie de carteles que lo dejaban fuera. Tampoco ayuda el recorte que, en este abono, se le dio a este tipo de festejos.
No es lógico que habiendo un ramillete como hay de buenos rejoneadores sigamos con el mismo problema de hace casi 10 años. La primera norma que debe tener un buen empresario es dar los mejores carteles posibles en sus ferias, ese debe ser el objetivo que marque la confección de los mismos, y eso es justamente lo que no se está haciendo. Aquí priman ciertos intereses que chocan directamente con la demanda del aficionado, pero mientras que estos no se subsanen el rejoneo estará herido, teniendo que entrar en festejos mixtos para no perder el sitio ganado, algo que por cierto no acaba de encajarle al aficionado. Queda por tanto la duda de saber si estará anunciado en tres cosos norteños como son los de Bilbao, San Sebastián o Logroño, esos que aún no vieron a Ventura en plenitud.
Diego Ventura pelea por meter la cabeza en esas plazas en las que el teléfono sigue sin sonar pese a todo lo cosechado en estos años. Diego no ceja en el empeño, pero año tras año se da de bruces con la realidad. El año se queda frío sin Sevilla, Madrid o Pamplona tres puertos de montaña en el que la ausencia de Diego Ventura también pesa en una afición que demanda su presencia. La temporada es larga y hay plazas en las que un triunfo vale mucho, esas en las que si se le reconoce su estatus. Pese a todo ello sin pisar esos cosos la temporada queda y no precisamente por una ausencia voluntaria del rejoneador. Sin posibilidad de entrar en las plazas nombradas, tan solo queda Madrid en Otoño -que aún no tiene empresa- para subsanar no un error sino dos, porque también cuenta que no se contara con Diego para entrar en sustitución de Hermoso de Mendoza dejando en mano a mano el cartel inicial -aunque no sabemos si Diego hubiese aceptado, algo difícil-.
Mirar atrás ya no vale la pena, frustrarse por cosas que no están en manos de uno es gastar energías y no ponerlas donde realmente importan. El verano se acerca, en apenas unos días entrará esta nueva estación; aunque por temperaturas parece que llevamos días inmersos en ella, esa en la que los carteles de las ferias empezarán a oficializarse y en los que Ventura debe estar presente, de lo contrario el sistema seguiría desangrándose y dejando al rejoneo a los pies de los caballos.
