LA CRÓNICA DE SAN ISIDRO

El ‘crimen’ del genio loco


jueves 2 junio, 2022

El tribunal de las Redes sentencia a un hombre en el callejón mientras tres de sus pupilos crecen en Madrid con un encierro áspero como una lima de Fuente Ymbro

Julián Guerra Lleva A Rafa González A La Enfermería (1)

Es cierto que está muy loco. Como una maldita cabra, ni siquiera lo niega él. Pero en la cabeza de ese tipo vocinglero y extravagante, con pinta de verdulero con sobrepeso, se encuentran reunidas más tauromaquias de las que alguno pueda soñar en toda una vida de aprendizajes. ¿Que se equivoca? Más veces de las que su orgullo le deja reconocer. ¿Que lo pierden las formas? Totalmente de acuerdo; pero sin esas formas, él ya no sería él. Y el día que el sanedrín de expertos que puebla Twitter decide crucificarlo y desterrarlo de la tauromaquia de una maldita vez es el mismo en el que Madrid sólo conecta en lo evidente con los que bebieron de su fuente. Uno que salió herido después de dejar muletazos que jamás le había atisbado esta plaza; otro que arrancó muletazos con más expresión, más oficio y más compromiso de lo que aquí había dejado otras veces; y un tercero, francés él, que murió con su concepto de cercanía extrema con el único defecto de que no les gustó su tauromaquia a los custodios de la fe. Esta conspicua afición venteña…

Juan Leal, que es francés, guapo, espigado y nunca muda la color en la cara del toro ni la sonrisa fuera de ella, no termina de entrar en el seno de los sacerdotes del rito, porque tiene el terrible defecto de no torear como ellos quieren. «¡Lo que podría hacer con ese valor!», estaban pensando los que pitaban sus formas, que no eran capaces de valorar lo que ese tío estaba haciendo. Y todo como el que anda por su casa, de la cocina al salón. Desde el quite por gaoneras al toro de la ceremonia, que escondía un «ahí lo tienes, Rafa, ahora te pego un abrazo», a las manoletinas con las que epilogó su trasteo al cierraplaza, que terminaron con su riesgo asumido volando por encima del toro. Pero entonces, cuando ya tenía la atención de los que antes pitaban, le sopló Juan al de Fuente Genio dos naturales de los que saben comprender incluso los custodios. Juan Leal es de esos en los que jugarse la vida no es una frase hecha. Nadie podía reprocharle su compromiso, su valor, su cercanía, su riesgo ni su forma de apostar el cuero delante de sus tres toros; sólo pitaban que no les gustaba. ¿Y quién dijo que había que gustar a todos? Pues todo eso salió en su día del fogón de un genio loco al que hoy demonizaban por entender que había animado a su pupilo a continuar la lidia con las carnes partidas.

Pero antes de que Pardillo hiciera carne en el marino y oro de Rafaél González había sido el toricantano capaz de endilgarle dos tandas y media de tremenda reunión con la mano derecha y un cambio de mano que terminó en un natural de vuelta entera. Soberbio. Era mejor el pitón diestro, había más viaje y mayor franqueza, pero no tenía tanta gracia como el izquierdo. Y por ahí quería Rafael que lo corease Madrid. Tan grande se había hecho en los quince minutos que llevaba de lidia que decidió confiar en el toro y su voluntad de pasar, sin contar con que las bernadinas no van toreadas ni tienen defensa contra la reposición del bicho. Y cuando lo quiso ver lo tenía encima y él estaba entre las patas, con un palmo de pitón en las tripas.

A partir de ahí fue dramático el episodio. La cuadrilla escudriñando la taleguilla por la que se divisaba el agujero; los compañeros aconsejándole que se metiera para adentro; el chico queriendo terminar lo que había empezado aunque fuera con una media lagartijera… Y por fin el derrumbe del nuevo matador en la misma cara del toro, que pareció comprender que esa pelea no tenía igualdad alguna. Fue Leal el que se lo quitó de en medio con una estocada hasta las cintas que sirvió para cambiar de acto mientras llevaban a Rafa a enfermería.

Pero ya lo había invadido todo la denuncia del ‘crimen’. El delito peculiar de un tío que deja su tiempo y sus conocimientos, su vida y su afán en hacer del torero que coge su mejor versión posible. Otros lo intentan mucho y muchos años sin haberlo conseguido aún. Pero el de las formas ‘chungas’, los gritos destemplados y las salidas de tono convirtió a Galdós en dos años en un torero más seguro, con más oficio, con mejor trazo y mayor decisión, que fueron las nuevas armas que mostró hoy en Madrid, a pesar de la correa que sacó su lote temperamental y agrio. ¿Que te entran ganas de estrangularlo? Pues claro, muy a menudo, pero lo cierto es que su cabeza encierra -y transmite con eficacia- todas las acepciones de la palabra toreo. También tachaban de extravagante a un tal Antonio Corbacho, y largaban de su forma de hacer las cosas sin tener en cuenta qué perseguía. Y también los conspicuos se ensañaron con él.

Pero lo cierto es que el ‘crimen’ del que acusan al genio es muy propio del loco que lo secuestra cuando menos se lo espera, pero no pueden vivir el uno sin el otro para que siga viviendo la locura genial.

FICHA DEL FESTEJO

Plaza de toros de Las Ventas. 26ª de la Feria de San Isidro. Corrida de toros. Dos tercios de entrada.

Toros de Fuente Ymbro. Embistió con franqueza por el derecho el primero, pero por el izquierdo siempre midió y se venció; temperamental y áspero, pero de humillada embestida cuando le pudieron por abajo el segundo; de más a menos en todo, se guardó el poder que mostró en el caballo en su deslucida y complicada embestida; encastado y áspero el cuarto; deslucido y desclasaso el quinto, que se movió, pero no dio opciones al torero; de corto recorrido y áspero peligro también el sexto.

Juan Leal (rosa y oro): Oreja, ovación tras aviso y división en el que mató por Rafael González.

Joaquín Galdós (blanco y plata): Silencio tras aviso y silencio.

Rafael González, que tomaba la alternativa (azul marino y oro): Ovación tras aviso (pasó a la enfermería)

INCIDENCIAS: Rafael González tomó la alternativa con «Pardillo», nº 47, cinqueño, negro de 565 kg de la divisa gaditana de Fuente Ymbro, pasando a la enfermería tras sufrir una cornada en el último tramo de la faena. Roberto Blanco se desmonteró tras parear al quinto.

PARTE MÉDICO: Herida por asta de toro en cara anterior 1/3 proximal de muslo izquierdo, con una trayectoria ascendente de 20 cm., que rodea músculo sartorio, desgarra músculo recto anterior, y alcanza espina iliaca anterosuperior izquierda. Contusión de clavícula izda. pendiente de estudio radiológico. Es intervenido bajo anestesia general y trasladado al Hospital Fraternidad Muprespa – Habana.

Pronóstico: Grave. Fdo. Dr. García Leirado.

FOTOGALERÍA: LUIS SÁNCHEZ OLMEDO

Fotogaleria Madrid 2 6 2022
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