A esta hora, la Casa Chopera-BMF, que se encuentra inmersa en la confección de los carteles de las Corridas Generales de Bilbao 2022 -que se prevén históricas-, tiene un problema para rematarlos: los cinco dobletes que ya están asignados y que copan la parte superior de los puestos posibles, dejando a los meritorios en una pugna que se augura durísima y con una corrida de toros, la de Santi Domecq, para intentar ubicarlos a todos. Pero eso no va a ser posible.
Tal como se plantea la situación, cinco toreros harán el paseíllo dos tardes en la remozada plaza del albero pizarroso: Morante de la Puebla, Julián López ‘El Juli’, José María Manzanares, Alejandro Talavante y Andrés Roca Rey. Entre ellos se reparten, claro, las corridas más apetecibles, con diez puestos de los 21 posibles. Así, Morante tiene en cartera anunciarse con Garcigrande -en la que coincidirá con Manzanares y Talavante- y con El Puerto, -en la que le acompañará Roca Rey y un tercer torero, presumiblemente Miguel Ángel Perera, aunque no está cerrado-; El Juli, por su parte, lidiará los encierros de Domingo Hernández -junto a Talavante y Tomás Rufo- y Victoriano del Río -donde se las verá con Manzanares y Roca Rey-. Y de esta forma están cerrados los carteles más importantes de la feria. Y aquí es donde viene el problema.
Si descontamos el cartel de rejones, en el que Pablo y Guillermo lidiarán una de Capea junto a Lea Vicens, el de Dolores Aguirre – que pidió Ferrera, pero finalmente se quedará en Román, Garrido y Lorenzo-, y el de Miura -el más abierto, donde podría estar Ferrera junto a Chaves y Gómez del Pilar- sólo queda la corrida de Santiago Domecq. Y todo lo que viene a continuación está aún sin colocar.
Lo está un Paco Ureña que cortó nada más que cuatro orejas la última vez que pisó el ruedo gris y que está siendo ninguneado casi en todas partes por las empresas sin que ni se acierte a saber por qué -fuera de su independencia-. Ese triunfo es el motivo que ha esgrimido Juan Diego en los despachos para pedir también un doblete que, tal como están las cosas, será imposible y podría dejarlo fuera de la feria. El murciano ya ha demostrado que no le importa desaparecer de un cartel si lo que le ofrecen no se ajusta a lo que entiende que merece.
Tampoco Diego Urdiales, el torero más regular en el triunfo en esta plaza, tiene a esta hora acomodo en los carteles, y también por pedir dos tardes. Para ello puede esgrimir todas y cada una de las tardes mágicas que ha dejado para la historia del toreo en este ruedo. Triunfos que también podría blandir Daniel Luque para su colocación en la feria si lo hubiesen llamado para incluirlo en las combinaciones, pero ese hecho no se ha producido. Es verdad que hay tiempo aún, pero también lo es que el pescao parece vendido para los méritos del sevillano, uno de los toreros en estado de gracia desde hace años.
El mismo estado que muestra Ginés Marín, cuyo triunfo diario, como el pan de cada día, lo sitúa en los puestos elevados del escalafón, que no significan torear mucho, sino que te llaman antes que a otros y te ofrecen mejor colocación. Es previsible que el extremeño esté en la última semana completa de agosto en la capital vizcaína, pero aún no está colocado su nombre en las letras de la imprenta.
Tampoco el francés Juan Leal, que también fue uno de los triunfadores de la última feria, encuentra aún su nombre entre los elegidos. Y estos últimos optan a la de Santiago Domecq, pero sólo tiene tres puestos. ¿Qué hacemos con todos los toreros que acabamos de enumerar?
Caso aparte forman toreros como Pablo Aguado y Juan Ortega, que ni están ni se les espera en una feria que parece a contraestilo de toreros como ellos. Pero tampoco aparecen los últimos triunfadores de Madrid, caso de Ángel Téllez, por ejemplo.
Lo dicho. Los Chopera y Antonio Barrera tienen un problema de espacio…