CAMPO BRAVO

José Luis Pereda y su camada 2022: así son todos los toros que pastan en ‘La Dehesilla’


martes 28 junio, 2022

Conoce mediante el objetivo de José Joaquín Diego la ganadería onubense de José Luis Pereda y la camada para este 2022 de un hierro que ya ha pisado plazas como Orduña o Segovia y tiene por delante citas como Huelva, Almodóvar del Campo y probablemente Madrid.

Jose Luis Pereda
Un toro de José Luis Pereda. © José Joaquín Diago

En término municipal de Rosal de la Frontera, en la provincia de Huelva, se encuentra la ganadería onubense de José Luis Pereda, en su finca ‘La Dehesilla’ se respira toro bravo por todas las esquinas. En esta coqueta finca se forjó el sueño ganadero de un hombre que vivió toda su vida por y para el toro, un onubense que tuvo en la plaza de toros de La Merced su otra gran pasión.

El campo siempre fue su pasión y en el campo invirtió gran parte de los frutos de su esfuerzo profesional. El campo destinado por entonces a la cría de ganado manso, esa tarea le deparó cercanos contactos con ganaderos de bravo, sobre todo salmantinos, de cuyos encuentros participaba comúnmente en Madrid, hasta el punto de que en ellos encontró una importante motivación para dar el paso al frente y adentrarse en la ganadería de lidia.

Buceando en la historia ganadera de José Luis Pereda nos encontramos una historia curiosa sobre su persona, esa que le hizo meterse de cabeza en la crianza del toro bravo y la cual queremos que los aficionados la tengan presente: «Soy ganadero de bravo porque en los comienzos de mis negocios me reunía en el Hotel Wellington con un grupo de ganaderos de Salamanca y un día, uno ya mayor, me dijo que yo podría tener todas las fincas y el dinero que tuviese, pero que si pasaba por el Paseo de la Castellana nadie se iba a dar cuenta de quién era yo. En cambio, si tenía vacas y sementales bravos y mis toros los mataban las figuras del toreo, la gente, al verme, diría “por allí va don José Luis Pereda»Y esto que así contado puede parecer una vanidad, lo asimilé en ese momento como una de las mejores herencias que yo le podía dejar a mis hijos. Así que me lo pensé y me decidí a intentar ser ganadero. Entonces compré unas treinta vacas y un semental a la familia de Alventus, en Trebujena, con dos taurinos de Huelva como Pepe Cunquero y Antonio Infante “Alín” como corredores. En aquel entonces en la finca, en el Rosal de la Frontera, no había ni plaza de toros ni cerrados de vacas ni instalaciones, pero echamos aquel ganado al campo con la idea de saber si la gente de la finca y del pueblo podrían convivir con toros bravos. Comprobamos que sí y aquello fue avanzando, así que en los años 76-77 vendí todo ese ganado y compré a Berrocal vacas con encaste completamente Núñez, que son las que aún tengo hoy en día».

Los antecedentes de esas reses por las que José Luis Pereda apostó hay que buscarlos en 1952, cuando se divide la ganadería de Juan Bautista Conradi. Uno de los lotes correspondió a Amparo Conradi Alonso, la cual lo vendió a Saturnino Pérez Alonso, que adquirió ese mismo año un lote de vacas de Juan Pedro Domecq y Díez y otro del marqués de Villamarta, eliminando las reses de Conradi. En 1958 adquirió reses de varios hierros, como Escudero Calvo, Clairac, Juan Pedro Domecq, Alvaro Domecq y Lisardo Sánchez y años más tarde fue vendida a Rafael Beca Gutiérrez, hasta que en 1979 la adquiere José Martín Berrocal. «Por lo tanto, Berrocal tenía reses de Núñez de procedencia Rincón, Villamarta y Núñez Hermanos y esta última parte, que se la había adquirido don Carlos Núñez a Francisco Chica de Navarro, era la que más me gustaba y fue la que compré. También era la que más mataban las figuras del toreo en su momento», explicó en su momento el ganadero onubense fallecido en enero de este año.

Después de casi cincuenta años con este encaste, la ganadería de Pereda ya tiene un sello propio, han fijado su propio encaste. Morfológicamente es bajo, no muy voluminoso, fino y con mucho cuello. Toro de mirada noble, pero expresión agresiva. Una ganadería que debido a lo variado de sus sangres da una tipología muy variada. Negros, coloraos, castaños, burracos, ensabanaos…. dentro de una amalgama en la que también hay sardos o correados. Un tipo de toro que con los años se ha ido definiendo tanto en su fenotipo como en su genotipo.

Tras la muerte de José Luis Pereda han sido sus hijos los que han tomado las riendas de una ganadería que pese a verse modificado en algunos aspectos sigue luchando por volver a meter la cabeza en las grandes ferias.Ya ha lidiado en plazas como Sevilla, Orduña o Aracena en una temporada en el que el toro de Pereda volverá a estar en el candelero. Una ganadería que ahora conocemos mediante el objetivo de José Joaquín Diego y que os enseñamos a continuación.

GALERÍA: JOSÉ JOAQUÍN DIAGO