José Antonio Morante de la Puebla sorprendió a todos los asistentes hoy a la corrida del centenario de la Monumental plaza de toros de Pamplona con un terno con los colores pamplonicas confeccionado por Justo Algaba. Chaquetilla rosa con bordados en plata, un chalequillo grana y oro y una taleguilla blanco y plata. Para completar tan curioso terno tanto el fajín como el corbatín fueron de color grana.
Sin duda un traje de luces muy particular a dos piezas, algo que no se veía desde que el propio Morante usó otras dos piezas en la goyesca de Ronda en un claro homenaje al Maestro de Ronda, Antonio Ordoñez. Todos sabemos del gusto de Morante por no pasar desapercibido, algo que no ocurrió hoy en la primer acorrida de San Fermín.
No pasó desapercibido ni su terno ni su toreo. La disposición del sevillano se vio durante toda la tarde, el cual puso salir de Pamplona con tres orejas, pero el mal uso de la espada lo dejó en una. Una estocada caída a su primero y un bajonazo en la suerte de recibir hicieron que se esfumara un triunfo incontestable.
Pero el poso que dejó en la Monumental está fuera de orejas y número, hoy Morante de la Puebla rindió el mayor homenaje posible a una afición «muy ruidosa» como el propio comentó en los micrófonos de movistar Toros. Sin duda las dos obras que cinceló el torero de la Puebla fueron de esas que quedan guardadas en la memoria de todo buen aficionado. El traje después de lo visto paso a un segundo plano.
