CAMPO BRAVO

¿Cuánto vale un toro de Miura o de Victorino?


martes 30 agosto, 2022

A la hora de valorar el precio de una corrida hay que tener en cuenta varios factores como son la demanda y la oferta, así como el cartel o la fecha en la que se anuncie dicha ganadería en una plaza. Y también hay que tener en cuenta que grandes hierros como Miura o Victorino, en la cumbre del escalafón ganadero, también lidian en las calles.

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Un toro de Victorino en los corrales de Las Ventas. © Plaza 1

El mundo del toro siempre ha sido reacio a contar los gastos que tiene montar una corrida: indagar sobre lo que puede llegar a cobrar un torero en cualquier plaza o un ganadero es algo que siempre contó con el portazo hacia aquel que intentaba conocer más sobre este tema. Más de una vez algún aficionado se ha encontrado con la tan manida respuesta de «hablar de dinero es de mala educación» y ahí se acababa cualquier posible conversación, cuando en otros espectáculos como los deportivos es algo que está a la orden del día.

En el mundo ganadero no existe esa franja de «mínimos» que delimita los honorarios. Algunos consultados por este medio nos comentan que «al existir libre mercado es imposible fijar ese mínimo», aunque también reconocen que «sería necesario para evitar malas artes o juegos por debajo de la mesa».

Si un toro antes de la pandemia podría costar unos 5.000 euros, ahora, con todos los nubarrones que hay encima y con la subida alarmante de costes, poner a un toro rematado para una plaza como Madrid no baja de los 6500€/7000€. Por lo que, si nos ceñimos exclusivamente a seis toros para una plaza como Madrid, el coste de la corrida no debería bajar de los 50.000€/55.000€ para que el ganadero tuviera cierto margen de beneficio sobre la corrida.

Pero también hay que tener en cuenta varios factores como son la demanda y la oferta, así como el cartel o la fecha en la que se anuncie dicha ganadería. En este caso, Victorino Martín y Miura son dos ganaderías que tienen un importante caché y que suelen ir dentro del abono de San Isidro u Otoño. -en su caso, la citada cifra se podría doblar o incluso triplicar-. Es cierto que pese a al caché que pueden tener estos dos hierros hay ganaderías más apetecibles por parte de las figuras que sin duda le supondrá un coste mayor a la empresa.

En el caso de Madrid, hasta hace pocas fechas, los sobreros no correspondían a la ganadería titular, por lo que la empresa adquirirá un total de seis animales, más si cabe en hierros como Miura, el cual únicamente anuncia sobreros en Sevilla y Pamplona.

Las calles, una alegría económica para el ganadero, también para los grandes como Miura o Victorino

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Un toro de Victorino en una imagen de archivo. © Plaza 1

Si nos ceñimos al toro para las calles ahí el precio varía en función de la categoría de la ganadería y del toro que se quiera adquirir. De todos es conocido que los toros donde mejor se pagan son en las calles, rondando su precio desde los 5000€ hasta los 9000€, habiendo alguna ocasión en la que se ha llegado a pagar una cantidad mayor, algo que es poco usual. Hablamos siempre de un toro cabeza de camada, sin torear y limpio de pitones, el toro baja si tiene algún defecto o si se pasa algo de edad.

Las peñas tienen un gran conocimiento de las ganaderías que están funcionando, de los hierros que tienen toros aptos para el lugar donde se quiere soltar, para ello hacen rifas durante todo el año, cada miembro de la peña con su cuota anual colabora para la adquisición de dichos animales, e incluso casas comerciales, entidades o particulares apoyan aportando dinero o alguna donación. Luego hay ayuntamientos que directamente gestionan la compra de las reses, haciéndose cargo ellos del coste de los animales.

Y aquí radica el problema con el que se pueden encontrar ambos, tantos los que quieren comprar toros para la lidia en la plaza como los que buscan el animal para las calles. Siempre se ha dicho que para festejo popular se vendía aquellos animales más fuertes y destartalados, pero para nada es verdad, hay en muchos pueblos que se busca un animal armónico y con hechuras para embestir, es cierto que eso se puede encontrar más en ganaderías que no lidian tanto, ya que las punteras tienen esos toros reseñados para festejos taurinos, y su objetivo como ganadero es poder lidiar en plazas.

Pero el mercado es grande y hay sitio para todos, sobreviviendo muchas ganaderías de aquellos animales que se lidian en festejos populares. Sin dudas este tipo de tauromaquia va claramente n auge, cada vez son más las zonas que quieren toros para sus fiestas, de ahí que como dijimos en las primeras líneas, cuando sube la demanda los precios tienden a aumentar, consiguiendo los ganaderos un precio acorde al coste real que tiene un toro y que no siempre se respeta por parte de los empresarios.

Es lógico que el toro de plaza de tercera tenga un coste menor, por tanto, el de primera debe darte el rédito económico que te deja un toro lidiado en plaza de menor categoría. Los toros de plaza de segunda se siguen manteniendo estables, urdiendo como nos comentaban muchos ganaderos un precio mínimo estipulado para cada categoría de plaza como se hace con los honorarios de toreros, novilleros, rejoneadores y subalternos y se publica en el BOE. Sin duda la supervivencia de nuestro campo bravo va ligado a la combinación -si es posible- de este tipo de festejos.