ARLES (FRANCIA)

La goyesca ‘bendice’ la inspiración de Talavante y Morante arruina una de sus obras del año


sábado 10 septiembre, 2022

Morante de la Puebla dejó una parsimoniosa y templada obra capotera y muletera al cuarto ejemplar solamente emborronada por el mal uso del acero, dos orejas paseó del quinto un Alejandro Talavante que se pudo ir con dos trofeos más de no haber fallado con el acero ante el primero de su lote y Pablo Aguado hizo un esfuerzo pero pechó con el peor lote y no estuvo bien con la espada.

Talavante Arles
Talavante dando la vuelta al ruedo en Arles. Foto: Muriel Haaz

Morante de la Puebla, Alejandro Talavante y Pablo Aguado trenzaban el paseíllo este 10 de septiembre en la corrida goyesca de Arles, en un festejo en el que se lidiaban cinco toros de Garcigrande y uno, el sexto, de Domingo Hernández.

Morante lo intenta con el violento y descompuesto primero bis de Garcigrande

“Bondadoso”, número 13, primero de la tarde, era un castaño bien hecho y cuajado, correcto de cara, pero no se entregó de salida y Morante no pudo lucirse de capa. Fue muy castigado en los dos puyazos, en los que empujó correctamente. Flojeó mucho tras salir de la suerte de varas y fue sustituido. Número 84, de julio de 2017, de 530 kilos y negro de capa de Garcigrande, correcto de cara, cuajado y bien hecho, era el sobrero, un animal que tampoco se entregó de salida en el recibo capa de Morante; en las dos puyas empujó más con violencia que con bravura. Fue un toro complicado, que se lo pensó mucho durante la faena de José Antonio y al que le faltó humillación. Lo intentó Morante pero fue imposible. Lo remató de un espadazo tras porfiar.

El descabello le quita las dos orejas a Talavante en el segundo

El segundo toro, para Alejandro Talavante, con el hierro de Garcigrande, de enero de 2018, negro de capa, fue un toro más fino de hechuras, al que Talavante saludó con bellos delantales, chicuelinas y una buena revolera. Recibió dos puyas y luego quitó por chicuelinas. Torerísimo el inicio de faena de Talavante frente a un animal con recorrido, clase y humillación; luego selló dos series por la mano diestra y una muy buena por el pitón izquierdo, siempre con el sello personal de su concepto. Terminó por una serie buena de derechazos y manoletinas. Dejó un buen espadazo, aunque no perfecto… pero perdió las dos orejas por el descabello.

Silencio para Aguado con el “desinflado” tercero

De enero de 2018 era el tercero, de Domingo Hernández, al que dejó un templadísimo saludo capotero Pablo Aguado a la verónica, especialmente con la media. El toro tenía buenas hechuras y recibió un correcto tercio de varas al que se entregó. Comenzó la faena sacándose al animal y abriéndole los caminos, sellando luego dos buenas series por la mano diestra pero el animal bajó la intensidad y el ritmo en la segunda parte de la obra, que el sevillano estructuró por la zurda. Fue silenciado tras despenarlo con el acero de medio espadazo y golpe de descabello.

Morante arruina con la espada en el cuarto una de sus faenas del año

Número 22, de octubre de 2017, negro de capa, era el cuarto de la tarde, al que saludó con largas a una mano y luego lo bordó a la verónica y una media a cámara lenta. El tercio de varas, sin pena ni gloria. Y luego bordó también el toreo por chicuelinas en el quite. Cumbre, sentado en el estribo, fue el inicio de la faena, y continuó rodilla en tierra, toreando con mano baja. Encajado, toreando con mano baja, fue la obra del diestro cigarrero. Selló una faena parsimoniosa, templada, inteligente, creativa… una pena que el toro fuese a menos. Falló dos veces con los aceros, y terminó de un tercer espadazo. Ovación.

Talavante se inspira en la goyesca: faenón al quinto, al que desoreja

El quinto toro, número 47, de 525 kilos, de noviembre de 2917, colorado ojo de perdiz de capa, fue un animal con el que dejó verónicas y una media de buen trazo Alejandro Talavante. Empujó sobre un pitón el toro en las varas. Y comenzó toreando de rodillas la faena con naturalidad y mano baja. Cumbre el extremeño. Animal con nobleza, ritmo y recorrido, pero le faltó un punto de chispa. Y por fin rompió Alejandro: toreó sobre las dos manos con mucho temple y verticalidad, además de naturalidad. Muchos cambios de mano marca de la casa, que llegaron con muchísima fuerza arriba. Y epilogó con un repertorio personal: luquecinas ajustadas, espadazo en todo lo alto y dos orejas de mucho peso.

El sexto, “Pastelito”, número 35, de 520 kilos, fue un animal brusco de salida en el capote de Pablo Aguado, que dejó verónicas de bella factura. Empujó fuerte en el primer puyazo; el segundo fue más flojo. Remató el tercio con un buen quite por chicuelinas. Tenía ganas de triunfar el sevillano, pero el animal tenía el defecto de protestar en los engaños y no tenía clase. Lo intentó el hispalense, realizando un esfuerzo importante, pero no hubo forma. Falló en varias ocasiones con los aceros, y el toro se echó sin la espada dentro. Silencio tras aviso.

FICHA DEL FESTEJO

Plaza de toros de Arles, Francia. Primera de la Feria del Arroz. Corrida de toros goyesca. Lleno.

Cinco toros de Garcigrande -el primero como sobrero- y uno, el sexto, de Domingo Hernández.

Morante de la Puebla, silencio y ovación.

Alejandro Talavante, ovación y dos orejas.

Pablo Aguado, silencio y

INIDENCIAS: Sonó La Marsellesa tras el paseíllo.

FOTOGALERÍA: MURIEL HAAZ

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Galeria 51