Rafaelillo, Javier Cortés y Román hacían el paseíllo este 10 de septiembre con un encierro de Victorino Martín en el municipio toledano de Yepes.
Gran expectación causó la presentación del hierro extremeño en la comarca, además de un cartel que reunió experiencia, capacidad y juventud y que se demostró en la buena entrada en los tendidos.
Y los toros no decepcionaron. Ya de inicio, el primero sacó una clase que Rafaelillo supo aprovechar por ambos pitones, bajando el brazo y corriendo la muleta con temple y gusto. Tanto que, al final, toreó al natural con ambas manos dejando muletazos de gran corte que le vieron un trofeo. Otro cortó del cuarto, un toro descompuesto y con genio, al que le plantó cara con dominio, verdad y oficio suficientes para imponerse con autoridad y ganarse el derecho a salir a hombros.
Si algo tuvo el toreo de Román en Yepes fue sinceridad cn dos toros exigentes. El tercero pidió gobierno y firmeza en cada muletazo, lo que el valenciano recetó con verdad, pero la espada cayó baja y se llevó el premio. El que sí obtuvo del pegajoso sexto, un toro con el que Román hizo un esfuerzo para aguantar miradas y probaturas hasta hilvanar tandas de dos en dos, cada vez con más autoridad, hasta redondear dos series poderosas y vibrantes antes de la estocada y la justa oreja.
Y si no hubo más trofeos en la tarde fue porque la espada de Javier Cortés no anduvo fina, pues el madrileño con Capote y muleta estuvo soberbio, por inteligente dispuesto, valiente y torero. Tanto con el buen segundo, que embistió con calidad y lentitud tras las templadas telas de Javier, como con el complicado y exigente quinto, que vendió caras cada una de sus embestidas. Javier, con la verdad de siempre, supo que hacer en cada momento para firmar una tarde muy importante, a pesar de que la reseña diga lo contrario.
FICHA:
FICHA DEL FESTEJO
Plaza de toros de Yepes, Toledo. Corrida de toros. Dos tercios de entrada.
Toros de Victorino Martín, de buena presencia y juego variado. Con clase los dos primeros, complicados los cuarto y quinto, y exigentes los tercero y sexto.
Rafaelillo (azul rey y oro): Oreja y oreja. Salió a hombros.
Javier Cortés (obispo y oro): Silencio tras aviso en ambos.
Román (sangre de toro y oro): Silencio y oreja.