Eran tiempos donde la libertad no estaba perseguida y lo políticamente correcto no dominaba nuestras vidas. En 1995 el matador de toros Jesús Janeiro Bazán ‘Jesulín de Ubrique’ llenaba las plazas y triunfaba en ellas, fruto de ello vinieron entrevistas en programas de tirada nacional y ofertas para anunciar productos como Cola Cao. Los años 90 eran tiempos donde ser torero aún estaba bien visto, no importaba que canal pusieras, en el mismo había información taurina a diario.
En la actualidad se habla sin tapujos de las libertades que goza el país, y no les falta razón, pero también se viven unos años de una dictadura informativa contra ciertos espectáculos como la tauromaquia. Desde la llegada de las redes sociales, el miedo por parte de anunciantes y directores de televisión a sufrir una crítica feroz en redes les hizo borrar de un plumazo todo lo que oliese a tauromaquia, negándole el pan y la sal a un espectáculo que es líder de masas en el país tras el fútbol.
Eso no pasaba en una época donde los toreros eran respetados y eran uno más del engranaje de una sociedad en la que se respetaba al de enfrente sin señalarlo con el dedo. Fruto de la popularidad del torero gaditano, éste grabó un anuncio publicitario que tuvo gran calado en la sociedad: se podía decir que Jesulín era un líder de masas como también lo era su compañero Manuel Díaz ‘El Cordobés’.
Un anuncio que ha vuelto a convertirse en viral gracias a Anuncios vintage, una cuenta de Instagram que se encarga de volver a publicar anuncios de la década de los 90. En este caso tocaba el de Cola Cao, del que Jesulín decía lo siguiente: «Guau, pero si es Jesulín, mira mira”, dice en primer lugar una de las chicas que encabezan el anuncio. “Hola guapas, ¿qué? ¿Tomando Cola Cao, no?”, dice Jesulín cuando aparece en escena. Y acto seguido pide uno para todos: “¡Compadre! ¡Cola Cao para nosotros!”, le dice el diestro al camarero. “¡Oído, maestro!”, le contesta. “¿A ti también te gusta el Cola Cao?”, le pregunta una de las chicas a Janeiro. “¡Pues claro mi amor! Lo tomo desde chico, y me da una fuerza y una vitalidad para torear… y para lo que haga falta”, le dice por último el torero al grupo de chicas. “Además, amore, esto del Cola Cao, es más sano para el cuerpo que otras cosas, ¿o no se nota? Cola Cao, dentro y fuera de casa, tu fiel amigo».
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Su consagración fue en 1994, encabezando el escalafón con 153 corridas toreadas le hizo volverse un ídolo de masas; las plazas donde toreaba se llenaban para ver al torero gaditano. Un año más tarde, en 1995, batió su récord encabezando de nuevo el escalafón con 161 corridas toreadas. Se trata de un número de festejos inédito y que no se ha vuelto a repetir. Jesulín copaba portada de revistas fuera del mundo del toro, la gente lo idolatraba, era un líder de masas.
Un torero que no abandonó los compromisos más importantes, acudiendo a plazas como valencia, Sevilla, Madrid, Pamplona o Bilbao. Jesulín había tomado la alternativa en Nimes el 21 de septiembre de 1990, con Manzanares como padrino, y Emilio Muñoz como testigo. El 25 de mayo de 1992 conformaría alternativa en Las Ventas de manos de Ortega Cano y César Rincón en plena Feria de San Isidro.
Se retiró el 22 de abril de 1999 volviendo a los ruedos en Olivenza en marzo del 2001; un duro accidente de tráfico ese mismo año le obligaría a parar durante un tiempo. En 2007 tuvo lugar su segunda retirada, volviendo nuevamente a los ruedos en Castellón durante su Feria de La Magdalena para celebrar sus 20 años de alternativa, retirándose definitivamente al final de esa temporada de 2010. Actualmente, el diestro de Ubrique únicamente torea festivales de forma puntual.
