José Tomás es de esos toreros a los que cubre un halo de misterio, una carrera que ha transcurrido bajo el más oscuro secretismo desde que en su antiguo apoderado -Enrique Martín Arranz- informara a la prensa que su poderdante no se dejaría televisar, dejando también de conceder entrevistas a los medios de comunicación, una nueva era en la que el madrileño se despegaba del mundanal ruido para centrarse única y exclusivamente en el animal que iba a tener delante cada día.
Una decisión que le dejó fuera de importantes ferias como Sevilla, Madrid, Pamplona o Bilbao al imponerse la televisión por parte de las diferentes empresas. Algo que no devaluó en absoluto a un espada que allí donde toreó dejó siempre su poso de máxima figura del toreo. Una táctica que ya tenía asumida también un Joselito que, junto a Martín-Arranz, formó un equipo de apoderamiento hasta que el madrileño decidió dejar los ruedos en Sevilla.
El de Galapagar ha sido un hombre muy particular, y con su reaparición tras varios años fuera de los ruedos se convirtió en un auténtico líder de masas, llenando cada plaza donde se acartelaba. Con el paso de los años -y la grave cornada de Navegante en Aguascalientes- sus actuaciones fueron menguando. En 2022 volvió en festejos de cuatro reses en los que actuaba como único espada. Jaén y Alicante fueron las paradas en un año corto en número de festejos pero de gran intensidad y resultado en taquilla.
El sueldo de la cuadrilla de José Tomás, acorde a su jefe de filas: cobran el doble que lo que se exige
Pero José Tomás siempre ha sido un torero que ha respetado su profesión como el que más, y eso tiene que ver con todo aquello que hay por detrás y que no todos los aficionados saben. Lo primero tiene que ver con su cuadrilla, esa por la que no duda en sacar la cara y luchar por sus emolumentos: «Éstos no están supeditados solamente a los mínimos que marca el convenio, sino que el diestro de Galapagar tradicionalmente les ha ofrecido un sueldo mayor, concretamente el doble. Pero eso no ocurre solamente en la plaza, sino también cuando toca hacer campo: allí también los valora de igual manera y les paga religiosamente«, narrábamos en un artículo la pasada temporada contando esta curiosidad.
Sus cuadrillas siempre han estado formadas por hombres de plata y de a caballo de enorme enjundia, que respetaron las fechas de un torero que también es consciente que debe amoldarse a aquellos toreros que estén dispuestos a dar el paso, sin que ello afecte a su temporada con otros espadas. Unos jefes de filas que apostaron por ellos y les dieron la oportunidad de hacer temporada en las principales ferias.
El campo, una dura preparación también acorde a la exigencia de los cosos de mayor enjundia (y con una UVI móvil en la puerta)
El madrileño se prepara en el campo como si fuera torear una temporada de 60 corridas de toros, por ello se lleva a sus hombres de confianza al campo para preparar a conciencia los festejos donde se anuncia. Pese a esa impresión de torero despegado y algo hierático, es de sobra conocido el apego que siente hacia sus hombres de confianza, esos banderilleros y picadores a los que trata de una forma especial, pagándoles religiosamente su sueldo a pesar de ser un entrenamiento.
Cuentan los que le han podido ver a puerta cerrada que su compromiso llega a tales niveles que incluso hace vestirse de luces a todos los picadores y banderilleros que lleva a entrenar al campo y hay una UVI móvil a la puerta por lo que pueda pasar. Tampoco escatima en gastos a la hora de comprar toros para su lidia a puerta cerrada, algo que es de valorar, visto el precio que se está pagando hoy en día en la plaza.
José Tomás, un caché a la altura de su estatus como máxima figura
José Tomás es un torero que escoge cada una de las plazas donde se acartela; ya desde hace más de una década, no se anuncia en cosos de tercera categoría; así, decidió apostar últimamentepor nuevos empresarios: José María Garzón, Carlos Zúñiga, Alberto García o Nacho Lloret, entre otros. Un torero con un alto caché, que no es fácil de afrontar por parte de algunos empresarios, pero que con fórmulas imaginativas pueden llegar a ser rentables. Eso únicamente lo saben aquellos que han montado un espectáculo taurino con José Tomás en sus carteles, los rumores ya sabemos donde lo colocan.
José Tomás es un torero que se ha ganado ese estatus que ocupa, por ende, también decidir en qué plazas torear y por cuanto hacerlo. Respecto a la dificultad de contratar a José Tomás en algunas épocas, se puede recordar los 365.000 euros con que se especuló en su última actuación por tarde en Las Ventas, el 5 y el 15 de junio de 2008. Los rumores que se ocuparon de los honorarios de José Tomás en su celebérrima encerrona de Nimes, en 2012, tasaban en 600.000 euros la ‘minuta’ del artista, aunque soló Simón Casas y el equipo del torero conocen la verdad.