Cuenta la canción ‘Peces de Ciudad’, joya de la discografía del maestro jiennense, compuesta por el propio Joaquín Sabina y Pancho Varona, que “al lugar donde fuiste feliz no debieras tratar de volver”. Hace unos pocos días que dejamos atrás el veranillo de San Miguel, una época del año que se conoce como aquella que se encuentra a caballo entre el verano y el otoño, en la cual las temperaturas vuelven a ascender para posteriormente continuar con el descenso lógico.
Se trata de un calor agradable, ya que es una forma de no querer desprenderse totalmente del verano, es un “me voy, pero me quedo”. Coincidiendo con esas fechas tan próximas a la llegada del otoño, quisimos hablar con Álvaro Núñez, ganadero sevillano con gran arraigo a Tarifa, un lugar donde su familia siempre ha criado ganado bravo.
“Este año los machos vuelven a Tarifa, a una finca que se llama Iruelas, la finca de la familia Núñez desde el Duque de Medinaceli. Los Núñez somos de Tarifa y me hace mucha ilusión regresar”, nos comentaba en primicia el propio Álvaro Núñez. “Acabo de cerrar el negocio y llevaré allí todos los machos y los toros. Se trata de una finca de más de 400 hectáreas donde únicamente estarán los machos de la ganadería, las hembras seguirán en la finca que tengo en Portugal”, sin duda, una noticia de calado al tratarse de la vuelta a estos pagos de un ganadero tan importante como el sevillano.
Y hablábamos de esa estrofa de la canción de Sabina con respecto a la vuelta, como ganadero, del propio Álvaro a tierras tarifeñas. Él no ha seguido el camino marcado por Sabina, sino que ha vuelto a ese lugar donde, en su niñez, fue tan feliz. Con los años su padre se hizo ganadero de bravo, pero fue en las vecinas Medina Sidonia y Vejer, una de las mejores tierras para ser ganadero.
Toda la Laguna de la Janda ayuda a afinar mucho al toro, algo de los que siempre ha sido partidario el sevillano. Conoce bien la tierra y a la mínima oportunidad que ha tenido no se lo ha pensado dos veces. Pero no se trata únicamente de volver a Tarifa, sino de poder llevar a sus animales a una de las fincas históricas de la zona, esa que durante tantos años dio, y da, cobijo a los animales de la ganadería de D. Carlos Núñez.