CAMPO BRAVO

Morante le compra a los Lozano vacas y sementales de Alcurrucén para su nueva ganadería


miércoles 8 noviembre, 2023

Morante comenzará un proyecto ganadero con la sangre Núñez por bandera.

Alcurrucén
Un toro de Alcurrucén en una imagen de archivo. © Pablo Ramos

Este martes, este medio avanzaba la adquisición por parte de Fermín Bohórquez de los derechos que tenía la Unión de Criadores de Toros de Lidia sobre el histórico hierro de Pérez de la Concha, una de las ganaderías más emblemáticas tanto del siglo XIX como del XX. Una compra que ha tenido en la figura del rejoneador y ganadero jerezano a un hombre clave, al ser esta una venta únicamente para los miembros de la RUCTL. Ésta se realizó mediante una subasta a sobre cerrado y bajo notario en la sede de la propia Unión.

Tras esta adquisición, a la que hay que añadir, al menos, 25 vacas y un semental, será el diestro sevillano José Antonio Morante de la Puebla el que se haga con la titularidad de sus derechos tras venderle éste Fermín Bohórquez. Una compra que no trae consigo ganado procedente del mismo, sino que será el propio espada oriundo de la Puebla del Río quien empiece de cero con vacas y sementales del hierro de Alcurrucén.

Morante tiene previsto instalar su nueva ganadería en la finca Malvaloca, a donde trasladará las vacas y sementales adquiridos a la familia Lozano para emprender su nueva aventura ganadera. Su encuentro con Goyo Quintas hace unos días únicamente fue para vender unas vacas bravas de procedencia Dolores Rufino -Martelilla- y no para adquirir animales de este con origen Martínez y Santa Coloma.

Un proyecto ganadero que ilusiona sobremanera a Morante

Alcurrucen
Tres toros de Alcurrucén en una imagen de archivo. © Pablo Ramos

Este es un proyecto ganadero que ilusiona sobremanera a un espada que tenía entre ceja y ceja adquirir un hierro con gran historia, ese que creara en 1823 Joaquín de la Concha y Sierra, el cual tomó antigüedad -aún en las manos de este- el 9 de septiembre de 1850 en la plaza de toros de la Puerta de Alcalá, un coso que durante 125 años (1749-1874) fue la plaza de toros de la ciudad de Madrid. Con el tiempo, esas reses de sangre lesaqueña vieron como otras de la rama Santa Coloma se unían un proyecto que allá por los años 20 del siglo pasado gozaba de buena salud.

Ahora serán los animales de sangre Núñez los que sean marcados a fuego con este legendario hierro para comenzar un proyecto que no tiene visos de tomar relevancia al corto plazo sino más al medio. Una ganadería, esta de Alcurrucén que se formó en 1982 con hembras y sementales de herederos de D. Carlos Núñez, otra de las vacadas señeras de nuestro campo bravo. Años atrás, la familia Lozano había tendido una ganadería anunciada como La Jarilla, variando el hierro adquirido por el que actualmente se utiliza, siendo aumentada con reses de Dª Eusebia Galache.