EN EL RECUERDO

El desgarrador testimonio de Miguel Bienvenida sobre cómo resultó herido de muerte Antonio Bienvenida en un tentadero


sábado 18 febrero, 2023

Miguel Bienvenida narró, en un programa donde se rendía homenaje a su tío Antonio Bienvenida, cómo fue la fatídica tarde de tentadero en la que una becerra lo hirió de muerte.

Bienvenida
Antonio y Pepe Bienvenida en un fotograma de la película “Yo he visto a la muerte”,dirigida por José María Forqué.

Hace pocos días el periodista castellonense Manolo Molés publicaba en su cuenta de Twitter un fragmento de una entrevista realizada al matador de toros Miguel Bienvenida en un programa donde se rendía homenaje a su tío Antonio Bienvenida. Una larga entrevista donde se tocaron temas relacionados con la carrera taurina de ambos, pero que se centró en la vida y obra de una de las máximas figuras del toreo que ha dado este país.

La estirpe más longeva de la tauromaquia llegó a contar con diez toreros de cuatro generaciones distintas a lo largo de más de un siglo de historia. Una familia eminentemente taurina donde muchos de ellos se dedicaron profesionalmente al mundo del toro. Destaca la figura de Manuel Mejías Rapela conocido como Bienvenida III o El Papa negro, de sus siete hijos, casi todos se dedicaron a la tauromaquia. También destacó la figura de su abuelo Manuel Mejías Luján, banderillero de toreros tan importantes como Bocanegra o Mazzantini.

Una familia estrechamente ligada al mundo del toro, ya fuera en el campo del apoderamiento, de la empresa taurina o como toreros y banderilleros. Manuel, Pepe, Rafael, Manolo, Antonio, Ángel Luis, Juan… hasta el citado Miguel Bienvenida, sobrino del Papa negro. Todos ellos ligados estrechamente a este mundo. Una entrevista donde Miguel narró aquel fatídico día donde Antonio perdió la vida en aquella placita de tientas.

«Era un tarde feliz para los Bienvenida y acabó en tragedia. Antonio Bienvenida recibió a unos amigos peruanos y quería lanzar a su sobrino Miguel y llegó la tragedia una becerra volteó al Maestro y falleció 3 días después. Terrible», escribía Manolo Molés en su cuenta de Twitter en relación a la muerte de Bienvenida.

«Eran íntimos amigos peruanos de mi tío Antonio, y les dijo “oye, voy a llamar Amelia para que meta una becerra que tengo interés que veáis a mi sobrino Miguel torear que os va a volver locos” y Amelia metió tres becerras. Iba mi tía María Luisa con mis primos, íbamos nosotros, los hermanos, mi madre, estábamos todos«, comentaba Miguel Bienvenida a Manolo Molés.

«Hay tres becerras, la primera torea Antonio, la segunda también la torea él y la tercera sale la tuya», decía Manuel. «A la hora de abrir la puerta para sacar la becerra me hice el tío Antonio “mira Miguel, te voy a enseñar cómo se saca una becerra al campo” y entonces él se puso en los medios, se puso a mover la muleta para llamar la atención de la becerra, para sacársela andándole para atrás, para sacársela de la plaza. Entonces le pilló el encuadre de la otra becerra que anteriormente había sido lidiada y estaba allí fuera», narraba Bienvenida.

«Mira, eso son cosas del destino, porque con que la becerra se hubiera movido 30 centímetros o la izquierda a la derecha, no lo hubiera cogido el encuadre»; «pero le coge», le espeta Molés, «Así es. Una becerra mansa que tú la sacas de la plaza, y no la pueden meter ni con cinco vaqueros agarrándola de los cuernos, pero una carrera y entra en la plaza como un meteoro, y lo por las corvas y cae con las cervicales».

«Debió ser horrible», pregunta Molés, «Puf, imagínate». «¿Cómo resolvisteis aquello?», volvió a preguntar el periodista valenciano, «Mi padre me acuerdo que salió y se tiró encima de la becerra, pero encima de ella para pararla, yo con la muleta sacando la otra, allí un desconcierto y Antonio inerte en el suelo. Sacamos las becerras de la plaza, ya empezaba anochecer, en El Escorial mucho frío y en octubre, a Antonio le echamos capotes encima y llamamos a una ambulancia».

«Tres días estuvo en La Paz», volvió a comentar Manolo Molés, «Efectivamente, a los tres días, murió». «Antonio, te quería mucho, fue un poco tu padrino, el conductor de esa carrera que estaba empezando». comentaba de nuevo Molés, «No, era mi Maestro, mi mentor, mi apoderado, era todo».