El diestro sevillano José Antonio Morante de la Puebla anunció ya el pasado año la donación de los 30.000 euros del Premio Nacional de Tauromaquia -que le concedió en 2021 el Ministerio de Cultura y Deporte y que recogió esta semana- a la Casa de Misericordia de Pamplona, propietaria de la plaza de toros de la ciudad. Un galardón que recogió el pasado lunes en el edificio Pignatelli de Zaragoza de manos de SS.MM. los Reyes y en presencia del Ministro y Cultura Miquel Iceta.
Poco después de conocer que era el galardonado, el diestro comunicó la donación integra del premio a la Casa de Misericordia, la cual atiende a más de 500 ancianos y que a su vez es organizadora de la Feria del Toro de Pamplona, suspendida durante dos años por la pandemia. «Ganar este premio me permite donar su dotación económica a la Casa de la Misericordia de Pamplona que tan gran labor social hace y que tanto ha sufrido en estos dos años por no haber podido celebrar su Feria del Toro, que ayuda a los más necesitados”, comentó en su día José Antonio Morante Camacho tras anunciarse este premio concedido hacia su persona.
El jurado reconoció a Morante por «la singular personalidad creativa de un artista que recrea y renueva el toreo clásico para el público actual», destacando «su compromiso con la tauromaquia en un momento especialmente difícil tras la crisis provocada por la covid, en la que asumiendo su responsabilidad como primera figura del toreo, ha diversificado sus actuaciones, apostando por la variedad de encastes y de carteles, liderando el escalafón taurino en una temporada en la que ha desarrollado faenas memorables«.
Llamó poderosamente la atención la efusividad a la hora de aplaudir tal galardón por parte de Miquel Iceta, un ministro de Cultura y Deporte que durante esta legislatura hizo caso omiso a las reivindicaciones de un sector que se sentía maltratado por el Gobierno. Sin ir más lejos hace unos días el Ministerio confirmó que acatará que modificará las actividades en las que se puede gastar la ayuda de 400 euros a los ciudadanos que cumplan 18 años después de que el tribunal anulara la exclusión de los espectáculos taurinos.
La sentencia considera que los toros tienen reconocidos por ley “sus dimensiones culturales, históricas y artísticas”, y por tanto no son comparables con otras actividades y sectores excluidos del bono” de ahí que el Ministerio, pese a las declaraciones posteriores de sus socios de gobierno se vea en la obligación de incluir a la tauromaquia en el bono cultural que saldrá de los presupuestos generales del estado para este 2023.
Una sentencia en el que el Supremo argumenta que al gobierno no le compete resolver si la tauromaquia y los espectáculos taurinos son manifestaciones culturales porque la propia ley (18/2013) los considera patrimonio cultural. Recordando que el Constitucional también dejó clara su “naturaleza cultural” y añadió que el hecho de que el ministerio excluya explícitamente a los toros del bono es otra demostración, en realidad, de que sí pertenecen a la lista de actividades culturales.