SEVILLA

Oliva Soto pide paso en una triunfal encerrona en Guillena


sábado 4 febrero, 2023

Corta un total de cuatro orejas en una tarde donde dejó claro la madurez que ya alcanzó como torero

Oliva Soto
Oliva Soto. © Eduardo Porcuna

Con más de tres cuartos de plaza comenzó un festejo con la única presencia de Alfonso Oliva Soto ante cuatro astados. Una tarde que abrió con el doble trofeo de un noble cinqueño de Albarreal. Le costó desplazarse al toro que abrió plaza, un astado al que le costó humillar y seguir los vuelos con ritmo. Poco a poco se fue asentando y cogiendo celo en el capote del espada. El de Camas, consciente de la justeza de raza del animal nunca le apretó, todo se lo hizo a media alturita. Los primeros olés se cantaron en un torero quite por delantales cerrados con una media tras la cadera. Acertó en un inicio de faena donde buscó abrirle los caminos al animal con toreros doblones. A continuación dejaría tres tandas en redondo de gran temple y limpieza, siempre buscando ese buen fondo que se le atisbaba al toro. Despierto de mente, acertó en terrenos y alturas ante un toro con prontitud, fijeza y nobleza. A izquierdas siempre tendió a embestir más en línea recta. Tras una estocada arriba le fue concedido el doble premio.

Llevaba el hierro de Pallarés el animal que hizo segundo, un toro distraído en los primeros tercios que acabó acusando ese defecto de mitad de faena hacia adelante. Oliva buscó no apretarle de salida, toreándolo siempre a media altura. Volvió a conectar con el público en un torerísimo inicio por bajo, el animal ganó en entrega, pudiendo el de Camas torear como verdaderamente siente. Tuvo fijeza, prontitud y galope un ejemplar que requería de una muleta de seda para romper de verdad. Un toro al que siempre llevó empapado Oliva para no dejar que su mansita embestida acabara en tablas. Humilló en dos series a derechas de gran profundidad, Alfonso asentó zapatillas y toreó con las muñecas dejando un cambio de mano para el recuerdo en el inicio de su labor. Midió todo lo que hizo, acertó nuevamente en terrenos y alturas ante un toro que se fue poco a poco aburriendo hasta salir ya desentendido y con la cara alta. Mientras duró el animal, el de Camas se sintió en una faena breve pero muy torera ante un ejemplar que se abría en cada muletazo. Tras una estocada en todo lo alto volvió a cortar el doble trofeo de un toro exigente en alturas y toques.

En tercer lugar salió un precioso astado de Virgen María, un animal con transmisión y galope que dejó a Oliva romperse toreando a la verónica de salida. Acometió con celo al caballo para posteriormente embestir con nobleza al capote del camero. Lances a media altura con el toro embistiendo con gran nobleza, todo ello aderezado con el cante desde el tendido. Una lidia que acabó con un tercio de banderillas de gran exposición por parte de uno de los sobresalientes. Comenzó su labor sentado en una silla de enea a los sones de Caridad del Guadalquivir. Alfonso sintió cada embestida en la yema de sus dedos, se gustó toreando a un animal con franqueza pero al que había que llevar siempre muy pulseado. Se puso en el sitio, citó de frente y se llevó al animal tras la cadera. Por el izquierdo también tuvo ritmo el de Virgen María, buscando con clase la pañosa. Acompañó la embestida, se sintió torero en un trasteo que gustó mucho a los tendidos. El animal siempre embistió con ritmo, cambiando la transmisión algo alocada del inicio por un temple sostenido. Pero aquello que iba para triunfo de clamor se quedó en una cariñosa ovación tras marrar con los aceros, El animal fue premiado con la vuelta al ruedo en el arrastre con toda justicia.

El astado mas fuerte de la tarde fue el cuarto, un colorao de Salvador Gavira que no se desplazó de salida. Animal que acusaría tembien en la muleta el puyazo recibido. Oliva quiso justificarse ante un burel que nunca se desplazó, quedándose siempre en las zapatillas. Se jugó la voltereta el camero en un trasteo tesonero, una labor sincera donde tragó mucho ante un Gavira que pudo echárselo a los lomos en más de una ocasión. Al igual que hizo en la faena, esperó al torero en la suerte suprema, dejando el camero un pinchazo hondo – previo a la estocada – que acabó con el toro. Ovacionado salió Alfonso ante un toro nada fácil.

FICHA DEL FESTEJO

Plaza de toros de Guillena (Sevilla). Más de tres cuartos de plaza.

Toros de Albarreal, Pallarés, Virgen a María -premiado con la vuelta al ruedo- y Salvador Gavira.

Alfonso Oliva Soto, en solitario: Dos orejas, dos orejas, ovación y silencio.

Incidencias: El tercero toro de la tarde fue premiada con dos vueltas al ruedo. Oliva Soto cambio en el tercer capítulo de la tarde su terno blanco y plata por un corinto y azabache.

FOTOGALERÍA: EDUARDO PORCUNA

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