TELEVISIÓN

La curiosa ganadería brava que pasta en Sierra Nevada sobre un manto blanco (y junto a una estación de esquí)


miércoles 1 marzo, 2023

La finca se ubica a 1.700 metros de altitud, en un paisaje singular, al lado de altas montañas granadinas de Sierra Nevada.

Toro Nieve
Un toro bravo sobre la nieve en una imagen de archivo. © Pablo Ramos

Hay fincas de ganado bravo en nuestro país que son auténticas joyas desconocidas por el aficionado, y la siguiente -ubicada en el entorno granadino de Sierra Nevada- es una de ellas. El programa Toros para Todos ofreció el pasado año un reportaje sobre esta vacada, llamada Castillo de la Reina, que se encuentra en la localidad de Lanteira, en la comarca del Marquesado, a los pies de Sierra Nevada.

La finca se ubica a 1.700 metros de altitud, en un paisaje singular, al lado de altas montañas. Es una ganadería que cada año se ve cubierta por un manto blanco de nieve que ayuda a que el ganado gana en fortaleza debido a las bajas temperaturas.

A más de 1.700 metros de altitud

Más de 1.700 metros de altitud conforman un universo único a las faldas de Sierra Nevada. El territorio marca: las gélidas temperaturas, el viento sin piedad, las nieves… . Sin duda, es una vuelta de tuerca que traslada los ciclos de las parideras, el momento de dar a luz, y se dilata también el tiempo necesario para que el animal se convierta en toro al cumplir los cuatro años, algo que en esa casa aún no ocurre al lidiar únicamente festejos menores.

El toro es un animal muy duro y se encuentra igual en la dehesa que en las marismas, la sierra o la nieve. A la espalda de Sierra Nevada se puede disfrutar del espectáculo de la ganadería Castillo de la Reina con un manto blanco de fondo. Los animales se las ingenian para beber del abrevadero cuando está tapado por el hielo. En ocasiones, la vaca no tiene suficiente leche para el becerrito y en el vídeo se ve un ejemplo resuelto gracias al buen hacer de los hombres de campo.

El animal acude a la llamada para tomarse su ración diaria de leche al no tener suficiente -su madre- para amamantarla. El toro, pese a ser bravo, no tiene problema en ser ayudado por el hombre, ya que puede más el hambre que su instinto de conservación. La naturaleza es sabia y el animal bravo en esta época del año tiene una piel muy dura y cambia el pelaje, mucho más largo en la época del frío, algo que les ayuda a combatir las bajas temperaturas.

El toro bravo es un tipo de animal que se adapta con facilidad al lugar donde vive, algo que de primeras le puede costar si viene de un lugar totalmente distinto, esos primeros meses la paridera bajará, algo que se soluciona con el tiempo debido a la gran fortaleza de estos animales. Una vez adaptado al medio, su vida será totalmente normal, asemejándose a la que tenían en su punto de origen, donde no se necesitaba adaptación.