EL TENDIDO DE LOS SASTRES

Roca Rey y la televisión: oportunidad perdida (o casi)


viernes 10 marzo, 2023

Se echó- eché- en falta ese arrojo desmedido de Roca Rey ante el toro para borrar la sonrisa de condescendiente complacencia de la periodista. Una condescendencia que llegó al máximo en la despedida.

Roca Rey
Andrés Roca Rey. © Joserra Lozano

¡Albricias! El toreo en prime time en la televisión pública y española (en La 2, eso sí). “Las tres puertas” se llama, lo coproduce Antonio Banderas y su malagueño Teatro del Soho y al frente del mismo María Casado en las entrevistas. En el del miércoles último, uno de los entrevistados fue el matador Andrés Roca Rey.

La gran figura del toreo, un joven peruano que a su reclamo llena las plazas y desata pasiones en los tendidos con su tauromaquia hecha de permanente desafío, ante la periodista (a la sazón presidenta de la Academia de Televisión) en una conversación que fue de lo personal a lo profesional en un tono amable (la periodista insinuó en alguna referencia que no lo había visto torear) y en la que se vio a Roca Rey menos firme, más incómodo, que cuando se pasa los pitones de los toros por la barriga y las ingles.

Aludió repetidamente Roca Rey a la muerte como filosofía de vida, eso sí sin- menos mal- citar a Heidegger. También, para asombro de la periodista, a la gran tradición taurina de su Perú natal; a sus sueños de niño que poco a poco se van haciendo realidad; al sacrificio de la profesión…y reclamó respeto, el mismo, incluso comprensión, que él profesa a los antitaurinos de consignas e insultos.

Quede claro que no era ni lugar ni momento para “hablar de toros” (ni de los topicazos que se suelen repetir en tales ocasiones) pero sí faltó por parte del torero una mayor contundencia que pusiera sobre el tapete los valores y relevancia histórica, social y cultural del toreo.

Se echó- eché- en falta ese arrojo desmedido de Roca Rey ante el toro para borrar la sonrisa de condescendiente complacencia de la periodista. Una condescendencia que llegó al máximo en la despedida.

Dijo María Casado: “Este programa, independientemente de la profesión de cada uno, es lo suficientemente abierto para recibir a gente de todo tipo”. Y Roca Rey remató: “Ha sido un gusto”.

Gusto o no- cá uno es cá uno-  quedó el regusto de que al toreo aún le quedan muchas (más de tres) puertas que abrir y de que no debe plegarse a los alardes de superioridad moral de sus contrarios.

Los datos de audiencia indican que esta alcanzó buenos registros, incluso superiores a la media de la cadena. Y, siendo así, me reafirma en la percepción que iba dejándome el transcurrir de la entrevista.

Una oportunidad tal, en la que los espectadores se encuentran (sin buscarlo, salvo los taurinos) ante un torero del calibre de Roca Rey,  al que posiblemente solo – así, sin tilde por mandamiento de la RAE- conocían por la prensa rosa, no llegó a aprovecharse. Aunque bienvenida sea y anuncie un cambio en el tratamiento de los medios, empezando por el público por antonomasia, hacia los toros.

La temporada echa a anda, Roca Rey al frente, y bueno será que se cuente. Mejor si es para bien, claro.

Consulta todas las retransmisiones de toros en TV, en nuestra página Toros en televisión.