El siguiente hecho ocurrió en la ganadería gaditana de Santiago Domecq: dos animales se medían en el cercado, buscaban saldar deudas pendientes y como es normal en esas ocasiones, saltó la chispa. Tras un tiempo midiéndose, ambos contendientes decidieron que ya era el momento de ver quien era el más fuerte de los dos, y, por tanto, dominar sobre el otro. Pero la batalla quedó a medias por la entrada de un tercer componente, un animal que con su presencia iba a dejar en tablas dicho envite.
Otro animal de pelo colorao decidía meterse entre ambos para sofocar el incendio. Y decimos sofocar, porque en ningún momento se ceba con su hermano, simplemente se mete entre los dos para zanjar las discusiones. Desconocemos si era el líder de la manada, lo que sí queda claro es su poder respecto a los otros dos animales.
De ser una pelea por el centro del cercado, el tercer animal en discordia hubiera dejado que los otros dos comenzaran una batalla a muerte, que se desgastaran para entra él por detrás y decantar el enfrentamiento. De darse este caso, el animal caído perdería todas las opciones de victoria y muy probablemente recibiría una paliza muy dura que lo dejaría muy mermado. En una pelea el que decanta la balanza es el que entra por sorpresa, su golpe desestabiliza al enemigo, la batalla cuerpo a cuerpo entre dos desgasta, pero normalmente no decanta al vencedor.
El problema no radica tanto en un enfrentamiento uno contra otro, gracias a las fundas no hay cornadas, pero sí puede haber rotura de huesos o hernias cuando el golpe es certero. El problema real viene cuando entra un tercero en discordia que siempre ataca por la espalda para desestabilizar el líder, ahí es cuando el enfrentamiento se pone serio de verdad. Para evitar posibles bajas se antoja fundamental la presencia de los vaqueros para tranquilizar a los toros, pero muchas veces ni su presencia calma la sed de pelea que tiene los animales.
Un vídeo que podemos ver gracias a la cuenta de Twitter de PorlasRutasdelToro, la cual nos ofrece un vídeo de dicho enfrentamiento en uno de los cercados de la finca jerezana. Llama la atención la pasividad de los dos caballos que están en el cercado contiguo, ni pestañean ante el enfrentamiento de estos tres serios animales de la divisa gaditana. Sin duda, deben estar acostumbrados a este tipo de enfrentamientos.
“EL TERCERO RESUELVE…”
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