Cuando el torero de Pepino trenzó el paseíllo el año pasado en Castellón lo hizo con un bagaje de tres corridas de toros en Europa. Tras un día de muchísimo agua Tomás afrontaba el reto de dar un golpe sobre la mesa que le hiciera estar en boca de los aficionados cuando se cerraban las dos ferias del Mediterráneo.
Sus cuatro orejas fueron un acontecimiento al cortarlas en un cartel de máxima exigencia junto a El Juli y a Roca Rey. Todavía se habla de la sorpresa que supuso que un torero tan joven calara tan fuerte en la afición de la ciudad de La Plana.
Este golpe supuso un aldabonazo que le lanzó hacia una temporada llena de éxitos continuos en plazas de máxima exigencia como Madrid, Sevilla, Nimes…
Este fin de semana debutará en la Feria de Fallas en uno de los días más señalados del ciclo josefino y en un cartel de máxima categoría con El Juli y José María Manzanares. El año pasado no coincidieron las dos ferias taurinas y aficionados valencianos acudieron a Castellón, los mismos que esperan que Rufo reafirme sus triunfos en el coso de la calle de Xátiva.
Durante todo el invierno la relación de Tomás con la tierra se ha acrecentado con su presencia en numerosas charlas y recogida de premios que muestran el cariño que entre ambos se profesan.
El día 19 el matador tratará de reeditar el triunfo del año pasado en Castellón compartiendo cartel con Diego Ventura y Alejandro Talavante.
Por delante Tomás tiene una temporada ilusionante con su doble presencia en Sevilla y Madrid pero este fin de semana se presenta como clave para reafirmar las ilusiones de todo el toreo en la gran promesa del escalafón taurino que marcha camino hacia su objetivo claro, llegar a ser figura.
