CAMPO BRAVO

La espartana forma que Ruiz Miguel tiene para ‘probar’ si valen los novilleros de su escuela


jueves 23 marzo, 2023

Un reportaje emitido el en programa "Toros para Todos" donde los más jóvenes forman parte -de una forma directa- de las labores de campo dio a conocer esta peculiar fórmula del maestro Ruiz Miguel.

Novilleros Ruiz Miguel
Los novilleros, intentando superar la prueba de Ruiz Miguel. © TpT

El programa Toros para Todos asistió —como ya es tradicional— al herradero de los becerros y becerras de la ganadería del maestro Francisco Ruiz Miguel en la finca El Algarrobo, situada en los Barrios (Cádiz). Allí se dieron cita una ingente cantidad de niños, jóvenes alumnos de las escuelas taurinas de la zona y futuros novilleros. Dichos alumnos de las escuelas taurinas, cogen a mano al ganado en el herrado clásico y participan después en el tentadero que se celebrará en la coqueta plaza de tientas del ganadero gaditano.

Pero este tentadero se hace de una forma muy particular siguiendo los pasos del gran Miguel Mateo ‘Miguelín’. Previo al herradero Ignacio, el experto mayoral guía con destreza inusual a los becerros con la vara hasta corrales. También susurra al ganado y los animales le obedecen. Enrique Romero y el maestro Ruiz Miguel extienden la paja por el suelo. Los futuros novilleros atrapan a los novillos bravos para que el ganadero marque al animal con el hierro de la ganadería con la las iniciales del criador.

Son los previos a la prueba de valor en el tentadero, los retos del Maestro Ruiz Miguel, una figura del toreo que sigue apostando por la cantera, por esos jóvenes que luego tendrán la oportunidad de labrarse un futuro como matadores de toros. Aquí todo se hace por derecho, no hay lugar para tomar el camino más corto, de eso se encarga un espada que ha conseguido todo lo que tiene a base de jugarse la vida sin trampa ni cartón.

Por eso usa este método para premiar a los más valientes, esos que son capaces de aguantar en el suelo la embestida de la vaca. El novillero que quede en el ruedo será el que toree la vaca, un premio para ese que ha sido capaz de poderle al miedo. «Esta es la prueba del algodón, el que se levante no torea«, comentaba Ruiz Miguel. «Reconozco que es una dura prueba, pero aquí hace falta gente que quiera estar de verdad. El Maestro ‘Miguelín’ lo hacía con vacas mucho más fuertes, y el que no se quitaba toreaba, y el que no, a su casa».

De los nueve valientes únicamente quedaron dos, que se ganaron el premio de poder torear en un tentadero donde estaban presentes grandes profesionales del mundo del toro como Pepe Luis Segura, uno de los apoderados más importantes que ha dado la Fiesta. Segura ha sido de esos hombres que han dignificado su profesión, un apoderado que siempre luchó por los suyos y que acabó asqueado de un sistema que arrincona al apoderado independiente y coarta el talento. José Luis, amigo personal de Ruiz Miguel, fue su apoderado durante varios años en temporadas donde el gaditano consiguió colocarse como figura del toreo.

Por eso, el maestro sabe lo que cuesta llegar arriba, de ahí que les exija a los chavales; esto no es un juego, y, por lo tanto, hay que estar con los cinco sentidos puestos cada vez que uno se pone delante de un animal bravo. La exigencia, la perseverancia y el saber escuchar, son varias premisas básicas para al menos poder tener la oportunidad de ganarte un sitio en un mundo que cada vez lo pone más difícil. El día acabó con estos dos jóvenes pudiendo expresarse delante de la cara de la vaca; el tiempo dirá si acaban funcionando y llegando a donde ellos sueñan.