Cruzamos el charco para irnos a la ganadería colombiana de La Tentación, propiedad de los Hermanos. Cerro, una divisa que preserva con mimo dos líneas ganadera, una en pureza y otra cruzada entre el toro bravo y el ganado manso autóctono de la zona. Ésta es una tierra que tiene un gran arraigo por el toro bravo y que año tras año apuesta por la fiesta brava pese a las piedras en la rueda que ponen distintos políticos del país.
Gracias a un vídeo publicado en YouTube por Edgar de la Ossa, podemos conocer la historia de Daniel Ramiro Bettin Manjarrez, un mayoral que convive día a día con el ganado que se cría en esta finca y que en 2022 sufrió una fuerte cornada por uno de los toros de saca de la ganadería colombiana. Daniel, como hace a diario, maneja a los animales de esta explotación como si de cabras o animales mansos se tratase, no le importa moverlos a pie en un pequeño potrero, los toros lo respetan y él confía en ellos.
Pero no todos los toros son iguales, hay unos más ariscos que otros, y hay que tener cuidado con ellos por el comportamiento imprevisible que pueden llegar a tener. Eso le ocurrió mientras andaba a caballo junto a los toros; uno de ellos se arrancó de improviso y sobrevino el percance: «El pasto estaba alto y húmedo, el caballo resbaló y ahí fue cuando el toro me metió el pitón en la pierna izquierda. Yo en un principio creía que había sido en el vientre, me ardía, pero luego me di cuenta que no era así. Gracias a que el toro se enceló con el caballo me pude salvar».
Tras el percance tocaba ir a uno de los potreros y ver a este animal, un toro con un carácter difícil, el cual ya se hizo amo y señor de la cerca. Fruto de ello fue la arrancada que minutos después de la entrevista le hizo al 4×4 que llevaba a los miembros del programa y al propio mayoral. Momentos de tensión por la reacción de un toro que nada más escuchar la voz del mayoral cambió completamente de comportamiento.
El toro es un animal con un temperamento delicado, un astado que no quería a nadie que no fueran sus hermanos cerca de él, de ahí su reacción. Un mayoral que es plenamente consciente de la dificultad que tiene andar con estos animales, sabe que el percance puede producirse en cualquier momento, pero también aclara que los riesgos laborales existen en otros trabajos en los que los propios trabajadores sufren percances realizando su quehacer diario.
