El ganadero castellonense Germán Vidal -que posee su explotación brava en las cercanías de Cabanes, municipio de esta provincia de la Comunidad Valenciana- ha explotado a través de Instagram en relación a los últimos incendios que están acaeciendo en la zona, donde desde el pasado jueves ya van quemadas 4.300 hectáreas y un perímetro de aproximadamente 50 kilómetros cuadrados. Unas 1.600 personas han sido desalojadas de sus hogares.
«Julio de 2016. 7 años han pasado de esta publicación, que tuvo 1’6 mil me gustas y fue 1’1 mil veces compartida, donde en aquel entonces ardieron 1.400 hectáreas de monte en la Sierra Espadà», comienza señalando el ganadero de bravo mientras muestra la publicación de prensa que lleva como titular Ganaderos piden pastar en el monte para evitar fuegos como el de Espadà.
«Marzo del 2023, otro desastre de la naturaleza está teniendo lugar entre Castellón y Teruel, donde ya van 4.000 hectáreas quemadas y las que quedan, ya que por lo visto, no lo pueden controlar y más de 700 personas desalojadas de sus hogares, con la incertidumbre de no saber lo que van a encontrarse cuando vuelvan a su casa», denuncia.
En aquel entonces, «ya pusimos en las redes sociales que esto, tenía una posible solución, pareció que todos querían buscarla, pero pasados los años, seguimos peor. Antiguamente, dejaban pastar a los animales por los montes, ríos, parajes… estaba todo limpio, sendas, caminos. Y ahora da todo pena», sigue lamentando el ganadero.
Sobre cómo pasaron de agradecer a prohibir
En una carta remitida por la Consellería de Medi Ambient en el año 1993 (actualmente denominada Consellería de Agricultura, Desarrollo Rural, Emergencia Climática y Transición Ecológica), además de agradecer a los ganaderos por ayudar a la reproducción de las especies que allí habitaban, «nos agradecían ya que con nuestros animales, contribuíamos a la limpieza de los montes y parajes», recuerda el ganadero. «Termina el escrito pidiendo seguir contando con nuestra colaboración para así, continuar protegiendo el espacio natural«, añade Germán Vidal.
Al poco tiempo, pasaron de agradecer a prohibir: «Señores responsables, que en su mano está, pierdan un poco de tiempo hablando con la gente que aplica la práctica de este oficio y no la teoría desde un despacho. A lo mejor si repasáramos las Leyes de antes que eran mucho más sensatas y favorables para todos, no como ahora que solo hay “…istas” que cobran subvenciones por defender nada y cada vez más flora y fauna en peligro de extinción, por la suciedad y dejadez del entorno», denuncia el ganadero de bravo.
«Si no pusieran tantas trabas burocráticas, tantos requisitos y tantos impedimentos, a lo mejor se podrían evitar desastres naturales como el que está sucediendo ahora», concluye Germán Vidal.
