Moncholi es uno de los periodistas taurinos más importantes de los últimos años, pero no sólo en la faceta del toreo ha destacado. Ha dedicado 40 años profesionales en los que ha sido colaborador de varios medios de comunicación tanto de prensa escrita, como en radio y en televisión en diversos ámbitos. Siempre ha mostrado su gran vocación periodística con su continua formación y aplicación de sus conocimientos a lo largo de toda su carrera, pudiéndose sentir a día de hoy muy orgulloso de todos sus logros. Hoy, es protagonista en una entrevista en Cultoro.
E: Buenas tardes, Miguel Ángel, ¿cómo ha sido su trayectoria periodística? Y, ¿cómo y por qué decidió especializarse en el mundo taurino?
Moncholi: Buenas tardes, profesionalmente empecé en el NODO, del Nodo pasé a TVE y durante este tiempo acabé de estudiar Comunicación Audiovisual y estaba comenzando a estudiar Periodismo. En el 2º curso me surgió una BECA en la Cadena Ser y al cabo de 2 años haciendo un programa que se llamaba ‘Media Noche’, que nos dieron un premio ondas, ya fue cuando Tomás Martín Blanco el presidente del programa, que era hijo de Tomás Martín Tomás presidente de la Peña el 7 entonces, me propusieron pasar a ser coordinador del programa ‘Los Toros’ puesto que en esa fecha se incorporaba Manolo Molés, lo acepté y ahí empecé a hacer la información taurina. Posteriormente, en el 89 empecé en Telemadrid, que la primera retransmisión de la cadena fue una corrida de toros, y a partir de ahí me he dedicado a ello hasta mi jubilación en el año 2018. Toda una vida dedicada al periodismo, siempre he estado en varios medios no solo he estado en el NODO y Telemadrid, he estado en radio y en prensa escrita, donde he hecho informaciones, Diario Pueblo, Hoja del Lunes, en revistas…
E: ¿Cómo de importante considera que es tener vocación periodística? Y, ¿qué significa ser periodista para usted?
Moncholi: Es vital. No se puede hacer información ni comunicación en cualquiera de los ámbitos, si no se tiene una formación previa que te capacite, que te forme, genere tu espíritu critico precisamente, que te de las herramientas para que puedas hacer mejor tu información: las pasadas, las presentes y las que puedan venir en su momento. Todas las nuevas tecnologías que existen en este momento son herramientas que debe conocer el periodista, que debe manejar y utilizar. El periodista no termina en el día de hoy, seguirá, y, en consecuencia, habrá una evolución a la que tendrá que subirse el periodista con su formación. Al final, el periodista es una persona en constante formación. Cuando yo estudié periodismo en los años 70 no existían las nuevas tecnologías, el SEO, las redes sociales, la información digital, no existían todas las posibilidades que tenemos ahora sobre la base de un Internet que ha revolucionado la comunicación. Por tanto, es obligación de uno el formarse para estar al día. Igual que cualquier médico, arquitecto o abogado están continuamente en formación para poder realizar de manera, lo más estrictamente ética y profesionalmente, su ejercicio profesional.
E: ¿Cómo ve el toreo en la actualidad?
Moncholi: El toreo en la actualidad hay que valorarlo en sí mismo, ¿cómo es el toreo en la actualidad? Si yo lo valoro en función o en comparación con épocas anteriores, creo que el toreo ha evolucionado, pero en el momento actual creo que el toreo está en una exigencia muy alta, técnicamente muy avanzado, estamos hablando de un toreo que roza la perfección. ¿Eso significa que no va a evolucionar más? No, el toreo va a seguir evolucionando y lo que hoy nos parece mentira que se puede hacer, dentro de “x” años, no lo sé, se hará de una forma tan perfecta que los de ese tiempo dirán “Uy, que mal se toreaba en 2023”, eso supone que habrá una evolución de ahora en unos 20 años, por ejemplo.
Para mí roza la perfección, pero estoy convencido de que aún evolucionará más y será más perfecto. Como el actual es mucho más perfecto que el de los años 50, 40 o los 20, que son épocas de oro y plata y ese ya era un toreo revolucionado en comparación con respecto al siglo XIX. Pero si comparamos el del 2023 con el de los 60 o 50 difiere mucho en la perfección, no así en el concepto que sin duda alguna es el mismo: parar, templar, mandar, cargar y ligar. Como bien aportara el maestro Domingo Ortega.
E: ¿Cómo ve el periodismo y, en especial, el periodismo taurino en la actualidad?
Moncholi: Esta en un momento de crisis, no lo está pasando bien. Considero que debe independizarse más de los poderes públicos y ejercer su trabajo de contrapoder, es decir, desde la libertad establecer un criterio crítico. No tiene que ser negativo puede ser positivo, pero desde la libertad absoluta establecer unos criterios de defensa de la libertad periodística.
En el mundo del periodismo taurino, es exactamente igual. Debe defender la libertad de información, debe profesionalizarse lo más posible, para eso existen, antes, las escuelas de periodismo y, posteriormente, las creadas facultades.
Distingamos entre el periodista y el informador taurino: el periodista, es aquel que tiene como profesión el ejercicio de la información, mientras, que el informador tiene como una parcela de su vida en hacer información taurina que complementa con su profesión o su oficio y que le permite en un momento dado hacer un seguimiento de la fiesta de los toros en el ámbito en el que se desenvuelva, ya sea su medio local, regional, etc. Son compatibles, lo único que el periodista taurino tendrá un nivel de exigencia mucho mayor, estará mejor formado para el ejercicio del periodismo y es mayor su labor social.
E: ¿Cuál ha sido su meta a conseguir dentro de su profesión?
Moncholi: Yo creo que en mi trayectoria de 40 años de comunicación taurina he aportado muchas novedades. Fui el creador del primer portal de la historia con Burladero.com, revolucioné el concepto de la información en televisión con algo tan sencillo como era no solo informar sino también explicar lo que el espectador estaba viendo en informativos o retransmisiones. En informativos concretamente revolucioné en ese sentido con toda una nueva tecnología que me permitía en aquella época el poder, con círculos y flechas, dar detalles que hasta ese momento en la televisión no se estaba haciendo y ni mucho menos en la información taurina. La información taurina se adelantó a la información deportiva, no hacían lo que nosotros hacíamos en Telemadrid, remontándonos al año 90, 91 y 92. Habrá muchas más nuevas aportaciones que además debe haberlas por parte de los nuevos profesionales de la comunicación taurina.
Yo creo que en mis 40 años he aportado muchas novedades como otros grandes profesionales que pueden comentar lo mismo que yo. Estoy muy satisfecho y todo mi trabajo se refleja en los premios que he ido recibiendo: Antena de Oro, Antena de Plata, varios Premios Onda en equipo en Madrid Directo, dos Premios Cossío, varios Premios de la Peña del 7, un premio del IMSERSO con una votación de mas de 300.000 personas en aquel momento… Hacerlo con presunción no, pero hacerlo con falsa modestia tampoco.
E: ¿Qué recomendaría a los futuros periodistas?
Moncholi: Yo he recibido en mi vida dos grandes lecciones: la primera, me la dio José María García, un gran periodista de la información deportiva del fútbol, al que le pregunté que qué podía hacer para mejorar y me dijo “Trabajar una hora más que los demás” es algo que puse en práctica en mi vida y no me fue mal; y la segunda aportación me la dio Joaquín Vidal en forma de lección, para mí un maestro de maestros en la crónica taurina. Él me dijo: “Miguel Ángel di siempre lo que pienses”, yo luego sí que es verdad que a esa magistral frase le he añadido una segunda parte: “Di siempre lo que piensas, pero piensa siempre lo que dices”. Porque la responsabilidad del periodista, en general, y del periodista taurino, en concreto, es mucha con respecto a la sociedad: espectadores, lectores, oyentes, etc. De tal manera que tú debes plantearte mucho. ¿Eso quiere decir que yo nunca me he equivocado? No, eso quiere decir que lamentablemente yo he podido equivocarme y vuelvo a pedir disculpas si en alguna ocasión lo he podido hacer y he podido dañar a alguien. Pero yo sí puse en práctica desde que lo recibí del maestro Joaquín Vidal que: “Debía decir todo lo que pensaba, pero también pensarme todo lo que decía”.
