La legendaria finca Zahariche, donde pastan los toros de Miura, lleva bastante tiempo acusando la falta de agua debido a la sequía que asola la Península Ibérica desde hace más de un año. Hay explotaciones ganaderas como esta donde no cae una gota desde el mes de febrero, y eso unido a la baja pluviometría del 2022, hace que Antonio y Eduardo anden tremendamente preocupados. Pese a no ser meses excesivamente lluviosos, los últimos del año y los primeros de 2023 sí dieron algo de oxígeno a dicha ganadería.
El enemigo principal del toro es el calor, los mosquitos y los insectos, pero ahora hay un enemiga mucho más temida, sobre todo por los animales y los ganaderos: la sequía. No llueve, no hay agua para el toro, y, por tanto, este animal no tiene para beber. Es un problema gravísimo, los ganaderos tienen que buscar agua fuera de la finca y traer cubas. El pasado mes de octubre el programa Toros para Todos emitió un reportaje donde Antonio Miura mostraba su preocupación por este tema.
Más de seis meses estaban sin agua, y cientos de cabezas de ganado en el campo andaluz veían en serio riesgo su supervivencia debido a la escasez: «Yo no recuerdo una sequía tan grande como esta. La última que sufrimos fue coincidiendo con la EXPO del 92 en Sevilla, pero en aquella época había más agua de reserva, porque en este momento no hay agua ninguna. Ahora yo lo veo como tú, ando muy preocupado por la cuestión del agua y la comida, quizás la comida menos, porque si tienes dinero compras, pero el agua aunque tengas dinero no tienes a donde ir por ella. Ese es el gran problema que tenemos«, comentaba un apesadumbrado Antonio Miura.
Cuestionado sobre el agua que se necesita diariamente en la finca, Antonio fue muy claro en su respuesta: «Nosotros tenemos actualmente unas 700 cabezas de ganado bravo, de las cuales se pueden beber en torno a 20 mil litros diarios, ahora si le sumamos los mansos y demás nos podemos colocar en cerca de 30.000 litros, una barbaridad».
«Viendo las experiencias anteriores, pues mi padre hará unos 35 años, hizo un pequeño pantano para suministro de agua en condiciones normales, porque los pozos de esta zona no tienen mucha agua, de ahí que de esa manera se asegurase por lo menos tener agua para la mayoría del ganado«, añadía.
Debido a esta falta de agua, los ganaderos de Miura tienen que traer diariamente tres cubas de unos 5.000 litros cada una para poder dar de beber al ganado de la finca; es decir, 15.000 litros diarios para paliar la sequía. Una cuba que descarga en un depósito del cual se distribuye el agua por los distintos bebederos de los cerrados donde se encuentran los machos y las hembras de la ganadería. Una solución de urgencia para paliar en algo este problema tan grave que allá por el mes de octubre afectaba a las ganaderías de bravo.
