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Curro Durán regresa a Las Ventas como novillero: «Tomar la alternativa es ya una necesidad profesional y anímica»


lunes 17 abril, 2023

Siete años después, Curro Durán vuelve Madrid para su primer paseíllo de una temporada en la que la alternativa es el objetivo

Curro Durán
Curro Durán.

Siete años después, Curro Durán vuelve Madrid para su primer paseíllo de una temporada en la que la alternativa es el objetivo a, por fin, cumplir desde aquel 2014 en que hizo su presentación con caballos.

Nacido en Utrera, hijo del matador de toros del que ha heredado el nombre taurino (el suyo de nacimiento es Damián) y que en 1984 fue el triunfador absoluto de San Isidro lo que le abrió las puertas de las principales ferias de España, la suya es la historia de una lucha larga de la que jamás ha desfallecido. Por eso, con la vista puesta en Las Ventas el próximo domingo y – tiempo habrá-  en La Maestranza en junio, Curro Durán está convencido de que le ansiado paso a matador de toros está más cercano que nunca y para todo ello se prepara con intensidad en el campo, compaginándolo con sus estudios universitarios.

Atiende la llamada de Cultoro en un alto entre toros y libros.

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Han pasado siete años desde que pisaste Las Ventas, en doble comparecencia en abril y junio. ¿Qué Curro Durán se va encontrar el domingo la afición de Madrid?

Un torero menos bisoño, mucho mejor preparado y con unas inmensas ganas de demostrar esa evolución y lo que llevo dentro, en la línea de lo que se pudo ver en Sevilla el año pasado, que corté una oreja y todo el mundo resaltó l madurez y seguridad con las que afronté la tarde     .

Esa madurez que da, en parte, el paso del tiempo se confronta con el desasosiego que supongo comporta el que los plazos que uno mismo se pone se demoran, ¿en algún momento esto último te ha hecho venir abajo, cuestionarte si vale la pena seguir o, al contrario, es un acicate?

Algunas veces sí se te pasa por la cabeza tirar la toalla. Como decías hace siete años que no he vuelto a torear en Madrid, me daban esperanzas que luego quedaban en nada y veía que los motivos que argumentaban se contradecían con las contrataciones de otros compañeros. Eso me dolía, claro, pero he sabido esperar, nunca es tarde y aquí estoy.

Según se acerca el 23 de abril ¿notas una presión distinta a la de otras ocasiones?

La responsabilidad siempre está. Estamos hablando de Las Ventas, la primera plaza del mundo, la que- como dice- da y quita, pero sí que es cierto que antes pecaba de comerme mucho la cabeza, de auto exigirme mucho y con el tiempo he ido comprendiendo que cuanto más relajado estoy mejor salen las cosas. Ser consciente de lo que te juegas no debe impedir, al contrario, desarrollar lo que sientes. Llevar la contraria a los sentimientos coarta libertad artística y acaba saliendo todo al revés. De las cosas que uno no puede controlar mejor no preocuparse.

En esa descarga de presión ¿cuenta también que en tu día compaginas la preparación taurina con los estudios universitarios?

Creo que sí. En el primer año de la pandemia y la incertidumbre que había en todo, también y mucho en el toreo, sin saber cuando se podría torear y cuando, decidí hacer el acceso a la Universidad y ya en ella me está ayudando a ver la vida desde otro prisma. Antes estaba mañana y tarde con la preparación taurina, pendiente de si llegaban contratos. En cambio ahora reparto mi tiempo y mi mente entre el toro y los libros y me está yendo bien, tanto para lo uno como para lo otro. Los toros no me distraen de los libros y viceversa. Son complementarios, reparto mi tiempo y mi mente.

Entre tus compañeros universitarios ¿eres “el torero” o uno más?

Uno más. El año pasado empezó a correrse la voz pero yo no voy de torero y cuando se enteran la relación no cambia. El año pasado algunos compañeros fueron a La Maestranza y en cuanto a los profesores ninguno me ha hecho ningún comentario a favor o en contra y me han ayudado cuando he tenido que faltar a algún examen.

Tu padre ha estado a tu lado desde los inicios.

Siempre. Hemos llevado y seguimos llevando una lucha desde la independencia y, por ejemplo, el año pasado, salvo lo de Sevilla, no he toreado en muchos sitios porque las condiciones no eran las que creíamos justas o adecuadas al momento.

Los padres de los toreros siempre han tenido mala prensa.

Mi padre es un espejo de superación en el que mirarse y su trayectoria profesional es un ejemplo para mí y ojalá pudiera conseguir lo que él consiguió en su época, toreando con todas las figuras, triunfando en Madrid y Sevilla, en la Plaza México…

Para llegar a todo eso es fundamental dar el paso a matador de toros. ¿Es ese  el objetivo de tu temporada?

Sí. Ya lo era el año pasado pero, como mencionaba antes, pese a cortar una oreja en La Maestranza y, por unas cosas u otras, no volví a torear y se frustró ese anhelo. Ahora, a ver qué pasa en Madrid, después en Sevilla y si no es a mediados de temporada ya al final de esta tomar por fin la alternativa, que ya es una necesidad, profesional y anímica. Hay que dar ese paso y hacerlo, en todos los sentidos, en la mejores condiciones posibles. Todos estos años de novillero y aunque no haya toreado demasiado es ya una trayectoria dilatada, quiero vérmelas ante el toro y con otros compañeros.

¿Una plaza, un cartel soñados para ese día?

Como sevillano, La Maestranza, claro, pero este año ya es imposible. De cuando y dónde, en plaza de mayor o menor enjundia, va a depender en buena parte de lo que pase en Madrid el domingo. Me gustaría en alguna plaza de primera o segunda categoría, a poder ser en Andalucía pero también pienso en Salamanca, Valladolid u otras así, ciudades, plazas bonitas. Mientras llega ese día tan anhelado, tan luchado, Madrid espera.

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