EL TENDIDO DE LOS SASTRES

Un genio, un maestro y un «Filósofo»


lunes 24 abril, 2023

Diría que Morante pagó el exceso de alguna tarde anterior, algo así como un "efecto Olivenza".

Morante
Morante. © Eduardo Porcuna

Se cabreó Morante con el usía por la no concesión de oreja en su primero (la petición tampoco se correspondió con la altura de la faena) y eso le provocó una rabia contenida(según explicó en la tele de streaming) que en la faena de muleta al cuarto se trastocó en una sucesión de prodigios.

Montera calada, apoyado en tablas…y el toreo en su máxima expresión de belleza en cada muletazo, en cada suerte, en el  ir y el salir de la cara del toro. Todo hecho con parsimonia, sutileza e inmarcesible torería, cualidad esta que se tiene o no se tiene y no admite imposturas. Mató como toreó, con la verdad por delante, el toro rodó a sus pies y los pañuelos esta vez sí asomaron por todos lo tendidos, pero los guardaron rápido en en cuanto en el Palco asomó uno. 

Diría que Morante pagó el exceso de alguna tarde anterior, algo así como un «efecto Olivenza», no sé si me explico.

Torero birbibirloquesco como es, Morante torea dando la razón a José Bergamím: «El arte de birbibirloque decepciona siempre a los públicos porque no le encuentran la trampa y es que no la tiene. Las muchedumbres no aceptan nunca la verdad artística porque les parece mentira y aceptan siempre cualquier mentira que parezca verdad rechazando el milagro.

Y milagro es que Emilio de Justo volviera a los ruedos después de un percance que pudo ser funesto. El suyo es un ejemplo de ese palabro que tanto se usa, no siempre en su acepción correcta: resiliencia.

La capacidad de Emilio de Justo para superar trances (su propia trayectoria profesional es un ejemplo) le han llevado a su actual magisterio, prueba de ello la faena a su primero, «Filósofo » por nombre.

Hace cinco años, Francis Wolff, filósofo francés comprometido con la tauromaquia  fue el hilo conductor de un documental de producción mexicana»Un filósofo en la arena» (los festivales de cine de San Sebastián y Málaga se negaron a programarlo y las salas de cine a exhibirlo) que suponía un fundamentado alegato a favor del toreo.

Un alegato que «Filósofo», toro de la Casa Matilla que fue torrente de bravura y nobleza, y Emilio de Justo llevaron también al albero de La Maestranza y el toreo alcanzó cotas de clamor.

Por eso, tardes como la de hoy reconfortan. En Sevilla lo celebrarán en su Feria y sus casetas en calles que llevan nombres de torero.

El resto…cá uno es cá uno.