Alejandro Talavante tapó, este 25 de abril, las sombras de su regreso con una tarde de luz en La Maestranza. Una luz que llegó al natural con el quinto de Garcigrande, el único toro que rompió dentro de una noble pero sosa y sin fondo corrida del hierro charro, que llegó en líneas generales sin el poder necesario. Sí destacó ese quinto toro, especialmente por el izquierdo. Sin suerte Juli con un lote muy apagado mientras que Tomás Rufo dejó una tarde de entrega sin fruto.
Silenciado El Juli con el manso primero
Abrió Sevilla el primer capítulo de este martes de Farolillos con un toro de Garcigrande con nobleza pero el depósito de la bravura en reserva. Lo cuidó Julián en los lances de salida para más tarde señalarlo en el caballo. El de Velilla buscó no exigirle en los primeros compases. Con la mano derecha llevó al toro siempre a media altura, este quería tomarla con clase, pero andaba medido de fortaleza. Muy fácil estuvo Julián en un trasteo que nunca tomó vuelo. Por el izquierdo se quedó siempre corto, haciendo hilo y obligándole al torero a perderle pasos. Un toro que se abría por su condición de mansito, algo que aprovechó El Juli para intentar ligar los pases antes de que se rajara. Tras una estocada tendida y trasera fue silenciado.
Talavante exprime al natural al mansito pero agradecido segundo
En segundo lugar salió Clarinete un toro marcado con el hierro de Domingo Hernández, un animal más hondo que su hermano corrido en primer lugar. Talavante salió dispuesto a entregarse a la Maestranza. Rodilla en tierra esperó al animal, Alejandro no venía a pasar la tarde. El animal tan noble como justo de raza evidenció que su pitón iba a ser el izquierdo, dejando por ahí el extremeño los muletazos de mayor enjundia de una faena que caló en los tendidos. Por ese pitón se quiso ir siempre a los vuelos, colocando la cara y haciendo el avión. Esta vez si se vio a un Alejandro más centrado y buscando el reducir la embestida del animal. Por el derecho el animal tendía a embestir con todo complicando que Talavante pudiera llevarlo cosido a la muleta. Una arrucina precedió a un cambio de mano antológico, de esos que se quedan guardado en la retina del aficionado. Un olé ronco sacudió a la Maestranza, Talavante volvió a parecerse a Talavante. A partir de ahí el toro bajó revoluciones y con ello acusando su mansedumbre. Se sucedieron naturales limpios y con cierta armonía, pero el toro ya había entregado sus mejores embestidas. Tras pinchazo y estocada escuchó una ovación.
Un firme Rufo saluda una ovación ante el sosito tercero
Volvía Rufo a Sevilla tras el buen bagaje del pasado año en esta plaza, y lo hizo ante un toro de Domingo Hernández con nobleza pero falto de emoción. U toro que en los primeros tercios tendió siempre a apretar hacia los adentros y a puntear los engaños. Rufo poco a poco fue haciendo a un animal que embistió a arreones en las primeras series. Se puso en el sitio el de Pepino, poco a poco a base de templanza y firmeza fue convenciendo a un animal que acabó sacando fondo. A base de sobarlo mucho el toro fue agarrando ritmo, dibujando el toledano muletazos muy templados. Pero el toro poco a poco fue apagándose y con ello una faena que se hizo algo larga para unos tenidos que veían como el serio trasteo de Tomás no iba a romper en faena de premio. Tras la estocada saludó una ovación como premio a su labor.
Silenciado El Juli con el marmolillo cuarto
No dio opciones el cuarto de la tarde, un animal nuevamente con el hierro de Domingo Hernández que nunca quiso entregarse. Ya con los capotes acudió con la cara a media altura, algo que complicó el lucimiento en el toreo de capa. Se durmió en el caballo en un tercio de varas que pasó sin pena ni gloria. Ya en la muleta el astado todo lo hizo a la defensiva, embistendo con la cara por la nubes llegando incluso a pararse en mitad de la suerte. Nl se dio coba el madrileño y se fue a por la espada.
Talavante se rompe al natural con un Serrador quinto de gran ritmo y le corta una oreja
En quinto lugar salió Serrador un toro de Domingo Hernández de grandes virtudes al que Talavante ya pulseó de salida en cadenciosos lances a la verónica. El astado salmantino agarró ritmo ya desde salida. Pese a no tener una llamativa pelea en varas el animal si tenía esa condición tan necesaria para romper en la muleta. Ya desde el principio se metió al respetable en el zurrón con una serie al natural donde dejó volar la muleta. Con la derecha las tandas fueron más cortas debido a la condición de un toro que por ahí embistió con un puntonde de genio, algo que consiguió corregir el extremeño a base de firmeza y mando. Pero Talavante volvió a sacar a relucir esa mano izquierda que tanto le ha dado al toreo y a su trayectoria. Se gustó y gustó un espada que hoy estuvo más despejado de mente. El de Domingo Hernández fue un toro de gran fijeza y ritmo, un toro con un importante pitón izquierdo que aprovechó Alejandro para dibujar dos series de toreo pausado. Si ya había dejado un extraordinario cambio de mano al segundo en este volvió a dibujarlo ante un toro que siempre quiso ir hasta el final. Se redujo en sus embestidas, gateando cuando lo llevabas enganchado. Muñecas y cintura, cabeza y corazón, Talavante estaba sintiéndose ante un animal de una enorme profundidad a izquierdas. Esta vez no fallaría a espadas, la oreja no tenía discusión, como tan poco la ovación para un toro que fue el fiel reflejo de aquello que busca su ganadero.
Silenciado Rufo con el desrazado sexto
El sexto fue un animal que con la movilidad tapó sus grandes defectos. Ya desde salida embistió sin mucho celo, saliendo con la cara alta y pegando un pequeño tornillacito. Se arrancó desde la media distancia al caballo, pero una vez debajo de este se dormía sin empujar. Rufo porfió en una labor sin eco en el tendido. Acertó en jugar con las distancias y las alturas, pero no acabó de cogerle el ritmo a un toro que nunca fue de verdad. Por el izquierdo su embestida fue aún más anodida. Sevilla valoro su entrega pero le pidió que no alargara innecesariamente el trasteo. Tras pasaportar al animal fue silenciado.
FICHA DEL FESTEJO
Plaza de toros de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla. Novena de abono. Corrida de toros. Más de tres cuartos de entrada.
Cinco toros de Domingo Hernández y uno, el sexto, de Garcigrande.
El Juli, silencio y silencio.
Alejandro Talavante, ovación y oreja.
Tomás Rufo, ovación y silencio.
CUADRILLAS: Fue ovacionado Manuel Jesús Ruiz Román por su interesante tercio de varas al sexto.
FOTOGALERÍA: EDUARDO PORCUNA