Y Roca Rey fue de nuevo el nombre propio de la Feria este viernes en una tarde que tuvo como condicionante el naufragio de Victoriano del Río, que lidió una corrida muy dispar en presencia y muy decepcionante en juego. Dio Roca Rey fiesta a la movilidad del tercero y le cortó una oreja a la entrega, la misma que tuvo con un sexto muy parado y a la defensiva y ante el que se dio un arrimón de órdago, paseando otro premio con petición del segundo por una plaza que nuevamente volvió a demostrar el momento tan complicado por el que pasa, demostrando una tarde más el escaso conocimiento que tiene sobre la lidia. Hay veces donde el cliente no lleva la razón.
Ovacionada la porfía de Castella con el manso primero
Volvía Castella a Sevilla tras su adiós a los ruedos durante la pandemia, y lo hizo ante un toro manso de Victoriano del Río, un astado que se frenó en el capote -ya de salida- poniendo en serios aprietos al diestro galo. Un animal, este, que huyó tanto de los capotes como del caballo. El astado madrileño se movió manseando en banderillas, apretando cuando veía que podía hacer presa. Sebastián optó por apretarle por abajo para bajarle los humos. Muy mandón estuvo el francés en un comienzo que llegó mucho a los tendidos. Por el derecho la tomó siempre a regañadientes, soltando la cara y sabiendo aquello que se dejaba atrás. Por el izquierdo literalmente ni pasaba. Firme anduvo Sebastián ante un toro que tenía buen inicio del muletazo pero al que le podía su mansedumbre. Lo mató de una buena estocada saludando una ovación desde el tercio.
Silenciado Ortega con el geniudo segundo
Ninguna opción le dio el desrazado y geniudo segundo a Juan Ortega. El sevillano buscó desde los inicios del trasteo pulirle los defectos al animal, pero este salvo contadas ocasiones tendió a defenderse y a saber aquello que se dejaba atrás. La falta de fuerzas hizo que Jabardillo se defendiera con embestidas descompuestas. Por el izquierdo hizo siempre hilo, algo que dificultó sobremanera ligar los pases. Eso sí, por ese pitón dejó dos naturales de bella factura, lo mejor de su labor. Fue silenciado tras pasaportar al agrio y calamocheador aninal.
Roca Rey le larga fiesta al manso pero emotivo tercero y le corta una oreja
Le largó fiesta desde el principio Roca al manso y huidizo tercero, otro toro que manseó desde salida. Un toro que quiso colocar la cara pero al que le faltó humillar. Sergio Molina salió ovacionado tras verse comprometido junto a la puerta de cuadrillas. Pero no sería el único ovacionado de la cuadrilla de Andrés, Antonio Chacón saludaría montera en mano tras dos pares donde se jugó literalmente la vida. Andrés era consciente de las virtudes y defectos del toro, de ahí que se pusiera a torear sin probaturas. El de Toros de Cortés tuvo ese disparo que llega arriba, algo que aprovechó el peruano para dejar dos tandas muy jaleadas por los tendidos. Roca cimentó su faena en la firmeza se piernas y en el juego de alturas, pero a esta pese a su volcanidad le faltó un punto de ajuste. Un trasteo donde los muletazos fueron en línea recta, siempre buscando el bien del animal. Por el izquierda siempre tendió a embestir con la cara alta en muletazos donde el peruano tragó una enormidad ante un toro que pasaba a media altura. La estocada puso en sus manos una oreja, esa que pidió una plaza que jaleó todos y cada uno de los pases de un torero que tiene a la gran masa a su favor.
Silenciado Castella con el soso y desrazado cuarto
El sardo que hizo cuarto continuó con la tónica que llevábamos hasta este capítulo de la tarde. Un animal que manseó de salida y que tuvo que ser picado por el caballo quw hacía la puerta. Un astado de pelo sardo que siempre tuvo la querencia a tablas. Lo más destacado vino en un tercio de banderillas donde saludó montera en mano José Chacón tras una actuación de gran verdad. Pero fue la única ovación cerrada de este capítulo. Castella porfió sin suerte ante un toro que se defendió por su falta de fuerzas. De embestida rebrincada, el animal de Cortés no puso nada de su parte en un trasteo plano y anodino.
Ortega deja detalles de su personal concepto con el templadito pero rajado quinto
Tampoco levantó la tarde en el quinto, otro toro manso de Toros de Cortés que no hizo honor a la sangre de esta prestigiosa ganadería. Un toro que tuvo la intención de colocar la cara pero que se aburría tras el embroque. Lo mejor de la actuación del sevillano vino en el inicio del trasteo. Doblones por bajo con el mentón en el pecho y la muleta siempre planchada. Ahí el toro la quiso tomar con entrega por abajo, llegando incluso hacer el avión. Juan consciente de la condición del animal siempre busco acariciar sus embestidas para aprovechar esa nobleza que se le veía al animal. Hubo derechazos templados marca de la casa, pero fueron contados. Siempre bien colocado buscó torear dentro y fuera de la cara del animal, dándole a este los tiempos necesarios para ver si se deslizaba. El toro ya hacía rato que se había rajado. Con la zurda también dibujó naturales de gran suavidad, pero no pudieron tener continuidad. Tras la estocada fue silenciado tras sonar un aviso.
Roca Rey le arranca la oreja al manso que cerraba plaza
Volvió a repetirse la película en el sexto con la lidia de un toro manso de Toros de Cortés. Un animal que ya desde salida evidenció su mansa condición. Comenzó con estatutarios en un palmo de terreno, todo fue en un comienzo de gran firmeza. El burraco de la familia del Río tuvo la virtud de la prontitud, pero en las telas embestida a media altura y soltando la cara. Por el izquierdo lo llevó siempre en línea recta para no quebrantar al animal. Tuvo mérito el peruano aguantando las miraditas de un toro que embistió muchas veces por dentro. La faena tomo el vuelo que buscaba Andrés cuando este acortó las distancias y se metió en los terrenos del toro. El circular por la espalda duró un mundo. El público se puso en pie para ovacionar un final de faena entre los pitones del ya rajado animal. Roca volvía a demostrar que a valor le ganan pocos. La plaza pidió insistentemente las dos orejas, siendo concedida únicamente una por parte de una presidencia que esta vez si actuó con rigor.
FICHA DEL FESTEJO
Real Maestranza de Caballería de Sevilla. Feria de Abril, duodécima de abono. Lleno de ‘No hay billetes’.
Toros de Victoriano del Río, de impecable lámina aunque muy dispares de hechuras. Mansurrón y sin vida el primero; deslucidote el segundo; de buen aire y mejor embestida el tercero manso tercero; soso y desrazado el cuarto; manso y a la defensiva el quinto; de geniuda embestida en rajado sexto.
Sebastián Castella (blanco y plata): ovación y silencio.
Juan Ortega (tabaco y azabache): silencio y silencio tras aviso.
Roca Rey (negro y oro): oreja y oreja.
Incidencias: Saludaron montera en mano Antonio y José Chacón en el tercero y cuarto de la tarde. Ovacionado resultó Sergio Molina tras picar en terrenos de chiqueros al manso tercero.
FOTOGALERÍA: EDUARDO PORCUNA