Araúz de Robles es una de las ganaderías con mayor solera del campo bravo, un hierro que se encuentra en plena Sierra Morena, dentro del Parque Natural de la Sierra de Andújar, un entorno privilegiado para la cría del toro bravo, rodeado de encinas y alcornoques que dibuja el paisaje andaluz por excelencia. Una divisa que con el tiempo se ha ganado el respeto y la admiración tanto de los toreros como de los aficionados por criar un tipo de animal distinto al resto.
La casta es signo inequívoco de esta casa ganadera, conseguida a través de trabajo y rigurosa selección en el seno de una familia que vive por y para el toro bravo. En la finca ‘El Burguillo’ pastan los astados de una ganadería con personalidad propia y bajo la batuta de Javier Araúz de Robles, la vacada está cosechando esos triunfos que ya empezaron a verse antes de la pandemia y que hoy en día les mantienen en un lugar privilegiado tanto para la lidia en plazas como en festejos populares.
En la ganadería de Araúz de Robles, como en muchas otras, los toros se miden e incluso llegan a pelearse de forma feroz por el liderato de la manada, de ahí que su mayoral los ejercite para bajarles los humos. Cansarlos es fundamental para evitar peleas a muerte, de ahí que el ejercicio físico sea fundamental para evitar cualquier conato de enfrentamiento. Los toros una vez que corren juntos se hermanan más, se echan las babas unos a otros, con eso se crea un vínculo entre ellos que ayuda a evitar que en las horas posteriores vuelvan a pegarse.
Las peleas son pan nuestro de cada día en una explotación de bravo, de ahí que vaqueros y mayorales deban estar atentos a los cambios de tiempo o a comportamientos que indiquen que puede producirse una pelea, ya sea en la camada de toros o de novillos. Algo que pudimos comprobar gracias a este reportaje emitido por los miembros del programa Toros para Todos en un nuevo reportaje en el campo bravo.
‘Laika’ y su indispensable función en la ganadería
La presencia del perro en las ganaderías de bravo es cada vez más usual, pese a que algunos criadores de lidia aún mantienen ciertas reticencias a que estos animales convivan con el toro bravo. Por un lado, están los que dicen que ayudan a evitar peleas y a mantener en raya a los toros y por el lado otros ganaderos que piensan que la presencia de los perros afecta negativamente, ya que enseña a los toros a ‘revolverse y buscar por abajo’, algo que les puede afectar posteriormente en su lidia en una plaza de toros.
En esta casa, ‘Laika’, cruce de Pastor Alemán con Rottweiler es un elemento muy importante a la hora de hacer las faenas de campo, por lo que su presencia es vital en el día a día en esta casa ganadera. Son perros excepcionalmente fuertes e inteligentes, los cuales tienen una fuerte musculatura en los hombros y las patas, que se utilizaba en el pasado para tirar de pequeños carros y proteger los campos. Aquí su función es la de separar a los animales cuando se avecina tormenta, es decir, cuando se intuye un enfrentamiento.
Sin necesidad de entrar a caballos, ‘Laika’ consigue el trabajo que se le ha encomendado en pocos segundos. Su mayoral es consciente del beneficio que trae tener este tipo de animales en una ganadería, de ahí que no dude en llevarla junto a él cada día que sale al campo. La perra sabe cuando debe actuar y cuando mantenerse junto a su dueño, de lo contrario este no la llevaría consigo, ya que provocaría que los animales se alterasen con su presencia, algo que no les viene nada bien. Aquí cada uno sabe y conoce la función que le toca hacer en la ganadería.
