MADRID

Una tarde imposible de remontar


viernes 26 mayo, 2023

Aunque la tarde fue pasada por agua, finalmente no fue la lluvia la que la condicionó la tarde, sino el juego de los toros, que no terminaron de ser lo buenos y encastados que se esperaban. Perera, aunque tuvo una muy buena faena ante el cuarto, finalmente la mansedumbre no le permitió redondear la obra. Hubo apuntes interesantes de Talavante y Ginés sin rematar.

Perera
Perera.

Tres toros de Victoriano del Río, dos de Núñez del Cuvillo y uno de Toros de Cortés se lidiaban, este 26 de mayo, en la decimoquinta de abono de la Feria de San Isidro 2023. En el sexto ‘No hay billetes’ del ciclo, trenzaban el paseíllo Miguel Ángel Perera, Alejandro Talavante y Ginés Marín.

Perera, sólo contra el primer toro, el público y los elementos

Se protestó el primero por su agalgada presencia, justo cuando arreció de nuevo la lluvia. La falta de fuerza y de raza del «cuvillo» le hizo protestar y soltar la cara en las primeras series de muleta de Miguel Ángel Perera, que paciente e inteligente lo fue encelando a su aire, siempre templado y sin dejarse ganar la acción. Perera, si bien consiguió estirar el recorrido del toro, no pudo terminar de contener los derrotes de la falta de raza del toro. Al natural el toro, ya con menos fuelle, fue un punto menos violento, mientras el «miau» bajaba del siete incesantemente. Lo de Perera era una lidia contra el toro, el tendido y los elementos. Metió una espada delantera en medio del diluvio.

Talavante pincha una faena con la que quiere congraciarse con Madrid

Talavante
Talavante.

Las enfibradas verónicas de Talavante al segundo, tan rítmicas y bajas, encendieron las primeras ovaciones de la tarde, que también parecieron celebrar el cese al fuego unilateral del cielo. Talavante aprovechó la tregua para irse a los bajos del 6, donde echó raíces para empezar su labor de muleta con unos estatutarios mayúsculos, un cambio por la espalda y u a trinchera torerísima. Vertical, y con un toro obediente y codicioso, ligó el extremeño dos buenas series en redondo, templadas, con mucho son y sentido, mientras el toro iba perdiendo gas. Por el izquierdo deslució más la embestida el toro, aunque Alejandro jugó los vuelos con suavidad, haciendo ver mejor al toro de lo que fue por ese pitón. Las manoletinas, con el «cuvillo» ya tan parado, tuvieron menos predicamento del que el extremeño seguramente esperaba. El toro se echó tras dos pinchazos hondos y lo levantaron para que Alejandro lo martillara de un descabello.

Ginés, sin posibilidades con el desrazado tercero

Ginés Marín
Ginés Marín.

El tercero, con el hierro de Toros de Cortés, acudió sin clase, guardando su escaso poder, a los capotes, petos y banderilleros. Y Ginés Marín, con la muleta en la diestra, intentó reconducir todo aquello con colocación, toques firmes y temple en su muleta mandona. No por esas. El toro, al contrario de aprender, midió, se frenó y protestó. Ni por el derecho, ni por el izquierdo. Sólo quedaba matarlo por arriba y Ginés acertó a la primera, con seguridad.

La ilusión de Perera (y de la plaza) se desvaneció con el rajado cuarto

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El de Victoriano, lidiado en cuarto lugar, galopó de salida con ritmo y fijeza, y comenzó a sacar clase en la extraordinaria lidia de Javier Ambel, pues cada capotazo era una cátedra de brega. Y Curro Javier, con los palos, dictó otra máster class. Ovacionados ambos. En la primera serie de derechazos de Perera el toro sacó codicia y el extremeño exigió, con medida, por abajo para demostrar quien manda. La pena es que el toro amagó con rajarse. Perera le sujetó enn una nueva serie de derechazos soberbia, que el toro tomó por abajo con una calidad tremenda y, aunque Miguel Ángel no le terminó de exigir, cantó la gallina y el toro huyó a tablas. Luego a chiqueros. Entre medias, Perera le buscó las vueltas para dejar muletazos como catedrales, roncos de bajos, lentos y poderosos, pero sin la continuidad que el toro no permitió por buscar la salida. Por el izquierdo no completó nunca el recorrido y en las bernadinas del cierre, tan cerrado en tablas, apenas había espacio para el torero. Falló con la espada y el último golpe de descabello coqueteó con el tercer aviso.

Demasiado poco para la reconciliación de Talavante con Madrid

Sin Titulo 101

Rápido se llevó la muleta a la zocata Talavante, después de ver qué el contado poder que el quinto demostró en los primeros tercios iba a poner cuesta arriba su reconciliación con Madrid. Y es que por el izquierdo el toro tenía franqueza, pero en el menguante recorrido demostraba que la gasolina se le escapaba a borbotones. Antes de qué sto pasara, Talavante firmó varios buenos naturales, cimbreados en su cintura, a media altura para no quebrantar demasiado. Despacito, delicado, queriendo cambiar la emoción del embroque encastado por la de la belleza plástica. El sartenazo tras un pinchazo fue infame.

Ginés tampoco consigue remontar una tarde a la contra

Con gritos de «Manos arriba, esto es un atraco» y «Toro, toro» se recibió al sexto, quizá porque sus pitones les parecían poco para el volumen que traía el de Victoriano. A partir de ahí, todo fue a la contra para Ginés, por mucho que le respetaron al comienzo con la muleta, cuando sujetó la deslucida movilidad del toro que, aunque obedeció, no dijo mucho. Pasó mejor por el izquierdo, por donde Ginés demostró la facilidad con la que le vuela la muleta, con un mando caso imperceptible. De nuevo, el toro humilló y pasó, sin más. Todo lo demás lo hacía, y muy bien, el extremeño, aunque aquello nunca subió con fuerza, pero por lo menos menguaron las protestas. Igual, ya estaban cansados de dar la lata toda la tarde.

FICHA DEL FESTEJO

Plaza de toros de Las Ventas. Decimoquinta de abono de la Feria de San Isidro 2023. Corrida de toros. No hay billetes. Tarde lluviosa.

Tres toros de Victoriano del Río, dos de Núñez del Cuvillo (1º y 2º) y uno de Toros de Cortés (3º). Sin fondo, fuerza ni clase el primero; de buen pitón derecho, pero se apagó muy pronto; manso, reservón y desrazado el tercero; de muy buena condición, pero se rajó acobardado; manso, con un buen pitón izquierdo, pero a menos el quinto; el sexto tuvo movilidad sin más.

Miguel Ángel Perera (caldero y oro): palmas y silencio tras dos avisos.

Alejandro Talavante (rosa palo y oro): silencio tras aviso y silencio.

Ginés Marín (caldero y oro): silencio y silencio.

FOTOGALERÍA: LUIS SÁNCHEZ OLMEDO

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