Hay muchos toreros que ligan sus carreras a matadores de toros como apoderados, mientras que otros ponen la carne en el asador con la gestión de grandes casas empresariales que le gestionen su vida profesional. Siempre se ha dicho que en el término medio está la virtud, por eso muchos espadas se han arrimado a toreros ya retirados para que le ayuden en su evolución como toreros. La parte artística y la psicológica son esenciales para que todo vaya por el camino correcto.
Uno de los casos más llamativos es el de Juan Ortega, un torero que siempre ha ido de la mano de la mano de Pepe Luis Vargas, un matador de toros con una forma distinta de ver el toreo. Poco a poco fue puliendo a un torero que ha llegado con los años a desarrollar en el ruedo aquello que llevaba dentro. Pero no es el único caso, está el de Pepe Moral y Manolo Cortés, Roca Rey y José Antonio Campuzano, Miguel Ángel Perera y Fernando Cepeda o Adrián de Torres y José Fuentes.
Adrián ha sido un torero que durante muchos años ha peleado por conseguir su sueño, ese que se le llevaba negando desde hace muchos años y que gracias a su perseverancia ha conseguido cumplir. Un torero que siente el toreo desde la pureza, ese que en su tiempo pulió un recientemente fallecido José Fuentes. Un espada especial, enigmático y con una forma muy participar de ver el toreo. El jiennense ha pasado un largo camino por el desierto, un torero que se llevó cuatro años sin ver un pitón, pero que nunca desfalleció ni se dejó llevar por los fantasmas.
Volvió a emerger como el Ave Fénix en un festejo televisado en Cinco Villas (México) en plena pandemia. Una obra de pura caricia y guante de seda ante un toro que embistió al ralentí. Ese fue su toque de atención, lejos de su casa y de un sistema que no había contado con él. Poco a poco el teléfono empezó a sonar tanto por parte de empresarios como de ganaderos. Poco a poco empezó a sumar números de festejos hasta llegar el día de su Conformación en Madrid.
La llegada de nuevos apoderados le abrió una puerta de cara a la esperanza. Pese a quedarse fuera de San Isidro si pudo hacer el paseíllo en un Domingo de Ramos donde volvió a dejar patente su concepto, ese que le valdría paga coger la sustitución de El Fandi con la corrida de Fuente Ymbro. Una tarde donde se jugó la vida a carta cabal, algo que le ha servido para encontrar acomodo en Pamplona por San Fermín. Será en la corrida de Cebada Gago el domingo 9 junto a Román e Isaac Fonseca.
Un reto importante para un torero que también dejó patente su concepto en una Copa Chenel que se llevó finalmente Francisco de Manuel. Ahora que ya está metiendo la cabeza en el circuito, es momento para seguir apretando los dientes y no dejarse llevar por lo conseguido hasta ahora. Su debut en Pamplona será con los toros de Cebada Gago, una ganadería que es santo y seña en esta ciudad.