El ganadero Victorino Martín ha hablado claro, en la noche de este domingo, sobre la exposición de toros en El Batán que han llevado a cabo ganaderías como El Parralejo, Montealto, Capea, Algarra o José Escolar durante esta Feria de San Isidro, algo que ha copado de polémica debido a las bajas que han tenido estos hierros en sus toros por mostrarlos en este espacio. Todas las ganaderías han sufrido algún percance, tal y como hemos venido informando puntualmente en este medio, quejándose sus criadores -que en su mayoría han sido obligados a llevar sus toros si querían lidiar en el abono, tal y como han manifestado- de que no se haga el reconocimiento a la llegada de los animales al propio Batán sino cuando son desembarcados diez días después en los corrales de Las Ventas, con las consecuencias que ello tiene en unos toros que han podido perder más de 50 kilos de peso cada uno debido al desgaste de este lugar.
«¿Has tenido algún problema con el reconocimiento? Y si hubieses tenido que ir al Batán, ¿los seis de hoy hubiesen sido los que han sido o hubieses tenido que cambiar alguno?«, le preguntaba en la noche de este domingo el periodista Javier Fernández Mardomingo -conductor del espacio radiofónico El Toril de Onda Madrid- al ganadero. «Yo no voy a ir a El Batán, y lo he dicho siempre. Lo difícil que es criar seis toros para Madrid para que te los aprueben, para que además estén diez días sin comer y sin beber», denunciaba Victorino.
«Casi todas las corridas que han ido a El Batán han tenido que cambiar dos o tres toros. Yo soy partidario de que si van todos no voy a ser yo menos, pero creo que El Batán es un disparate y es una exigencia más al ganadero, al que ya no se le puede exigir más», criticaba.
«El toro que se nos está exigiendo es de une esfuerzo brutal. Para lidiar en Madrid, tienen que ser toros de cinco años o aproximados por el trapío y la presentación, con todo lo que ello conlleva de lesiones en el campo, de coaguantar un toro más, de costes de alimentación… de todo. Criar un toro cinqueño es un sobrecoste, porque hay muchas bajas. Y luego El Batán todavía no reúne las condiciones adecuadas para que la gente vaya a disfrutar de los toros», denunciaba Victorino.
«Hay que tener unas instalaciones adecuadas, donde la gente se tome un café, pueda comer…»
E iba más allá: «Hay que tener unas instalaciones adecuadas, donde la gente se tome un café, pueda comer… y a los ganaderos se les está exigiendo en todos los momentos muchísimo. Soy partidario de que El Batán sea un parque temático donde se puedan ver toros todo el año, hacer exposiciones de encastes, tener una plaza cubierta para los chavales de la escuela en la que durante todo el año se puedan ver tientas y exhibiciones de animales. Y a eso sí me apunto. Pero si esta corrida la traigo al Batán, no se lidia. Te lo aseguro. Nosotros llevamos a El Batán toros desde el año 72. Y ahora yo pregunto: ¿Hubiera merecido la pena que esta corrida no se hubiera lidiado por haberla llevado a El Batán?», interpelaba Victorino Martín.
«Llevar un toro a El Batán supone perder dos o tres toros. Llevar seis toros, supone que se van a lesionar tres toros como poco y que van a perder kilos. Si se aprueban los toros al llegar a El Batán como se hace en Francia, de acuerdo. Pero no se puede llevar una corrida y pesarla a la semana, cuando ha perdido 40 o 50 kilos», seguía exponiendo el ganadero.
«¿Qué gente ha ido a El Batán? Muy poca. En el año 72 la corrida fue a El Batán y se estropearon dos toros. En el año 73 se llegó a pasar un toro al corral de al lado y se murió. En el año 74 se estropearon dos toros…», ejemplificaba por último Victorino.
Balance sobre la corrida de este domingo
En cuanto al balance sobre la corrida de este domingo en Las Ventas, señalaba lo siguiente: «Me he acordado de mi padre y de toda mi gente. El trabajo de una ganadería no se hace en un día, sino que forma parte del esfuerzo de mis mayorales, mis vaqueros, mi familia… y me hubiera gustado que hubiesen salido a hombros los toreros porque se lo merecen. Los de esta tarde son dos de los toreros que más han pagado el tributo de la sangre. Paco Ureña no lo dice, pero lidiar una corrida como la de esta tarde con la limitación de un ojo… y luego Emilio ha estado cuatro meses mirando a un techo hace un año. Me ha faltado ver salir a los dos por la Puerta Grande porque han apostado, han dado mucho al mundo del toro y son unos luchadores», concluía Victorino Martín.
