SEVILLA

El sueño tendrá que esperar


jueves 8 junio, 2023

Una terna de gran juventud e interesante porvenir se encuentran con una complicada novillada de hierro de Pallarés en la que destacó la encastada y exigente embestida a diestras del tercero. El buen gusto de Vázquez, la inteligencia de Rodríguez y la fe de Bastos no fueron suficiente para conseguir ese anhelado sueño de salir en volandas del coso del Baratillo.

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El novillero en la vuelta.

Plaza de toros de la Real Maestranza de Caballería de Sevilla, Novillos de Pallarés para Manolo Vázquez, Sergio Rodríguez y Diego Bastos serán los protagonistas de la segunda novillada tras el ciclo del mes de abril en el coso del Baratillo. Un festejo enclavado en el día de El Corpus, fecha reservada para los festejos taurinos en la capital hispalense desde que la memoria nos alcanza. Un festejo en el que la amenaza de lluvia siempre estuvo presente, haciendo este acto de presencia en el último de la noche.

El temple de Manolo Vázquez porfía ante la pasadora embestida del primero.

No rompió en ningún momento la faena de Manolo Vázquez al primero de la noche, un novillo con nobleza y cierto temple, pero al que le faltó entrega y humillación en las telas. Lo lanceó con suavidad a la verónica en un recibo donde todo tuvo que ser a media altura. El de Pallarés la tomaba con cierta clase pero siempre sin humillar. Con gusto y armonía toreó por delantales el sevillano en un quite donde la cadencia y el buen trazo fueron claves para que el novillo la tomara con ritmo. Por chicuelinas fue el quite de Sergio Rodríguez, replicando por el mismo palo Manolo Vázquez. Pero el animal en la muleta no acabó de romper y con ello una faena de poco ajuste pero con muletazos de fino trazo. Buscó siempre colocarse en el sitio y echarle la muleta al hocico, pero el animal entraba soseando y con la cara a la altura del palillo. Dejó pasajes sueltos de su personal concepto ante un novillo que tuvo prontitud y fijeza, pero al que le faltó principalmente entrega. Se amontonó algo más al final de un trasteo donde no pudo acabar de conectar con los tendidos. Tras una estocada algo tendida, escuchó palmas.

Ovacionado Sergio Rodríguez ante el complejo segundo de pallarés

No tuvo la condición del primero este ‘Jaquetón’, un novillo de Pallarés que sacó carácter en los trastos. Ya de salida se vio que tampoco iba a humillar en exceso un animal que embistió por dentro por el lado derecho. Pese a faltarle entrega, tuvo mayor transmisión que su hermano lidiado en primer lugar. Esperó en banderillas, siempre muy agarrado al piso y sin querer ir de verdad. Muy dispuesto estuvo Sergio Rodríguez durante toda la faena, buscando siempre llevar empapado al animal en las telas y tirar de él. Por el derecho tuvo tendencia a acortar el viaje, mientras que por el izquierdo le faltó raza para empujar por derecho tras la pañosa. Toreó siempre con la muleta retrasadita para no quebrantar al animal. Muy seguro anduvo en una faena que le exigió en alturas y colocación. Cerró su labor en los terrenos del animal para dejar posteriormente una estocada en buen sitio. Se le pidió levemente la oreja, al no existir mayoría de pañuelos esta no fue concedida. La ovación desde el tercio tras sonar un aviso fue justo premio a una labor madura ante un novillo desclasado y con cierto temperamento.

Vuelta al ruedo para Diego Bastos con el exigente tercero

Llevaba por nombre ‘Decantado’ el tercero de la noche, un novillo fiel a las hechuras del encaste Santa Coloma. Un animal que ya desde salida embistió por abajo, empujando con entrega en el jaco. Un utrero que descolgó desde su paso por el caballo en un tercio de varas donde el castigo fue el idóneo. Tuvo franqueza, humillación y transmisión en las telas, pero le faltó un punto de fuerza. Poco a poco Bastos fue ahormando unas embestidas correosas -en su inicio- que se tornaron en entregadas cuando lo llevó enganchado. El de Pallarés fue complejo en su comportamiento, exigiendo al novillero en altura y distancias. El animal se desordenaba cuando no lo llevaba sometido, soltando la cara cuando tocaba los trastos. Animal exigente al que el sevillano dejó muletazos limpios por ambos pitones, destacando un cambio de mano inicial de una gran cadencia. Por el izquierdo tendió a embestir sobre las manos, siempre con la cara alta y saliendo aburridote del muletazo. Uno de los aciertos de Bastos estuvo en no dudarle a un ejemplar que se sintió más cómodo en la media distancia. Acortaría estas en un final de faena que llegó más a los tendidos. Tras la estocada se le pidió la oreja de forma mayoritaria, no siendo concedida por la presidencia.

Silenciado Manolo Vázquez ante el complicado cuarto

El cuarto fue un animal fino de cabos, pero algo despegado del suelo, un novillo que nunca se entregó y al que el sevillano le realizó una faena desigual. El de Pallarés siempre tendió a embestir haciendo hilo, obligando al Manuel a perderle siempre pasos y dejársela puesta en la cara. Poco a poco fue intentando ahormar las embestidas, pero le fue imposible debido a las inciertas embestidas del novillo. Vázquez fue poco a poco perdiendo la confianza ante un ejemplar que nunca fue metido en los chismes. Lo quiso torear con los vuelos, pero el novillo era más de muleta por delante, toques fuertes y firmeza de plantas. Por el izquierdo se vino siempre recto, dándole más de un susto a un novillero que pasó un mal rato delante de él. Pese a todo, es de los novilleros a los que hay que esperar, ya no por la saga a la que pertenece, sino por su concepto del toreo.

La fe y la entrega de Sergio Rodríguez por encima del incierto y desigual quinto

Tuvo un enorme mérito la faena de Sergio Rodríguez al quinto, un novillo que nunca se entregó y que todo lo hizo con la cara a media altura y embistiendo muy por dentro. Anduvo dispuesto y muy centrado ante un animal que por el izquierdo se fue siempre al pecho, embistiendo sin celo y sabiendo aquello que se dejaba atrás por el lado derecho. Acertó en no dejarle pensar y en empapar de muleta la pasadora embestida del astado. Sergio sabía que no podía dejar que el animal viniera andando, de hacerlo lo más fácil era que se lo echara a los lomos. Aprovechó siempre las inercias de un novillo que nunca agradeció la predisposición del novillero, es más, cuando perdió dichas inercias empezó a desarrollar ese mal estilo que se le había visto durante toda su lidia.

Silenciada la disposición y el temple de Bastos ante las virtudes del sexto

El mejor torero de capa capote se vio en el sexto capítulo de la noche. Este fue un ejemplar más en la rama Ibarreña que de la de Saltillo. Un novillo que embistió con gran temple de salida y al que Diego Bastos dejó un jaleado recibo a la verónica. Ni tan siquiera la lluvia que empezaba a hacerse notar pareció distraer a un novillero que se gustó en dicho recibo. El de Pallarés no perdió su buen tranco durante la lidia, empujando también con nobleza al jaco pese no ser excesivamente castigado. Un utrero que no permitía que lo tratases con vulgaridad, exigiendo firmeza y toques suaves. Se le volvieron a atisbar virtudes a un novillero que aún andando algo vede gustó a la afición sevillana. El animal de la familia Cubero sacó buena clase, embistiendo siempre por abajo y colocando la cara, pero andaba justito de fuerza y raza, de ahí que se fuera viniendo poco a poco abajo. Lo intentó pulsear Bastos, siempre echándosela al hocico y buscando acariciar la embestida, pero su labor no acabó de romper. Poco a poco el animal fue acortando su viaje hasta ponerse complicado a zurdas. Diego volvió a derechas para intentar nuevamente cogerle el pulso a un trasteo que había perdido fuelle por varios desarmes. Pero en ese momento de la faena el animal ya había perdido todo su celo inicial. Bonitos fueron sus remates por bajo antes de irse a por la tizona. Mató de una estocada tendida, teniendo que hacer uso del descabello.

FICHA DEL FESTEJO:

Plaza de toros Real Maestranza de Caballería de Sevilla , Novillada con Picadores, algo menos de media plaza

Novillos de Pallarés. Bien presentados, finos de cabos, de armónicas hechuras y muy en tipo del encaste del que proceden. Con nobleza el pasador y medido de raza primero; De complejo comportamiento el segundo; De gran exigencia el encastado, exigente y humillador -a diestras- tercero; De incierta embestida el complicado cuarto; Pasador sin celo a derechas y orientado a zurdas el también complicado quinto; Con humillación, temple y buen ritmo el venido a menos sexto.

Manolo Vázquez: Palmas y silencio

Sergio Rodríguez: Ovación tras aviso y silencio

Diego Bastos  Vuelta tras petición y silencio

Incidencias: Se guarda minuto silencio por el matador de toros José Fuentes

GALERÍA: ARJONA-PAGES

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