Hay determinadas ganaderías en el campo que imponen respeto, nada más verlas, hierros con una personalidad muy definida que necesitan de unos vaqueros y mayorales muy experimentados para el quehacer diario. En este caso hablamos de la ganadería extremeña de Monteviejo, una sangre venida de tierras salmantinas por la que apostaron hace varios lustros la familia Martín al igual que hicieron en antaño con la de Escudero Calvo.
Un tipo de animal vivo, fino de cabos, de mirada penetrante y un comportamiento muchas veces altivo en el campo. Un tipo de animal que suele ser muy astifino y con las defensas muy desarrolladas, un tipo de animal con el que hay que medir siempre las distancias y al que no hay que perderle nunca la cara. Una divisa que tiene su hábitat en la explotación ganadera de Las Tiesas de Santa María, finca emblemática del campo bravo.
Sirva como ejemplo de lo antes mencionado las imágenes que ofrecieron desde los canales de prensa de la ganadería de Victorino Martín. Una seria vaca de Monteviejo plantaba cara en uno de sus cercados. Es verano, las temperaturas son altas y son fechas donde el saneamiento y el destete son faenas habituales. Un imponente animal de pelo negro bragao lucero, una hembra con las defensas muy desarrolladas que daban auténtico pavor.
A pocos metros de los allí presentes empieza a echarse tierra en los lomos y a escarbar mientras sube y baja la cabeza en señal de enfado. Poco a poco va acortando espacios hasta que se arranca hacia el remolque. Unas imagines impactantes que se suelen dar con frecuencia en ganaderías de sangre tan pura. Afortunadamente, este suceso no pasó a mayores, quedándose únicamente en un susto.
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Sobre la ganadería de Monteviejo
La ganadería de Monteviejo tiene sus orígenes en julio de 1995 tras adquirir Victorino Martín la mitad de las 167 vacas mayores de 3 años de la ganadería de Arturo Cobaleda, todos ellos animales de origen Barcial, encaste Vega-Villar. Una compra por sorteo en la que se dividieron todos los animales en dos lotes lo más igualados posible. Tras el sorteo fueron trasladados todos los animales hacia Moraleja, Cáceres, lugar donde se asentaría este nuevo e ilusionante proyecto ganadero.
Al tratarse de una ganadería en formación, sus números fueron muy variables, siendo la intención de sus ganaderos la de estabilizarse con un número aproximado de 100-120 vacas de vientre, lo que supondrá alrededor de 80-100 crías por camada y alrededor de cinco o seis corridas anuales de este encaste. Un proyecto que tomó antigüedad 20 de junio de 1999, el cual tras varios lustros aún sigue vigente y con claros visos de seguir adelante por los resultados obtenidos hasta ahora.