El sexto toro de la tarde de este martes en Santander ha cogido por los pechos a Andrés Roca Rey en el inicio de faena. El animal, que se le vino cruzado a Andrés en el inicio de faena, lo prendió y lo encunó entre los pitones. Al hacerle el quite, fue volteado también Cayetano por el mismo animal en un momento dramático. La plaza tuvo el corazón en un puño en ese instante. Tras una faena de gallardía, le paseó las dos orejas y salió a pie del coso camino de la enfermería. El parte médico, milagroso, tan sólo narra contusiones en torso, muslo, rostro y en la rodilla, donde afectó a los ligamentos de ésta.
Previamente, Roca Rey había sido cogido por el primero de su lote, un segundo de Bañuelos incierto en su embestida y tras el cual acudió a la enfermería. Se debió alterar el orden de lidia por la cogida y Pablo Aguado lidió al quinto ejemplar en lugar de al sexto.
Así ha sido la lidia del sexto toro por Roca Rey en Santander
También tenía mucha seriedad el sexto, un toro que fue frío de salida y que embistió al relance y como un obús en el peto del caballo que guardaba la puerta. Hizo pasar las de Caín a los hombres de plata en banderillas, siendo tardo y embistiendo con todo. Destacó Antonio Chacón palos en mano. Lo prendió feísimamente por los pechos en el inicio de faena, estrellandolo contra el olivo al venirse cruzado y cogiendo también a Cayetano en el quite al torero. Después de reponerse, el torero dejó su alma serena en una obra de temple y mano baja. Fue una obra sobre todo de resiliencia parsimoniosa, de trazar olvidándose del cuerpo por ambos lados. Y la plaza era una olla a presión. Cuando tomó el acero y lo pinchó, no fue excusa para entregarle las dos orejas unánime.
En el segundo de la tarde, Roca Rey dio la cara y también fue cogido
De 467 kilos un segundo más escurrido de carnes, que tendía a embestir recto de inicio y no pudo lucirse capa en mano Roca Rey. Empujó en el caballo en una larga vara el toro, y luego tendió a irse al jaco que guardaba la puerta, pero no se llevó esa vara. También fue incierto en un tercio de banderillas en el que destacó la valentía de Viruta. Al tendido fue el brindis del peruano, que ya en el inicio de faena tuvo que domeñar la condición de un toro siempre incierto, que tendía a meterse por dentro y que nunca fue fácil. Y llegó la cogida en el momento en el que Roca pasó la línea de la verdad. El toro cogió como un trapo al limeño, que fue zarandeado de una forma soberana. Ya en el suelo, el de Antonio Bañuelos hizo por segunda vez por el torero, izándolo otra vez en un momento dramático. Al final se repuso no sin complicaciones y emocionó en la exposición que derrochó en cada serie. Gritó el tendido su nombre, coreando la emoción que dejaba sobre la arena norteña el torero, que despenó al funo de una estocada baja y paseó una oreja con petición no atendida de la segunda.
