La tradicional Feria de Cenicientos, confeccionada y ya presentada por la anterior Corporación municipal, está sometida actualmente a una huelga por las asociaciones profesionales, que han decidido plantarse ante los cambios que el nuevo equipo de Gobierno ha realizado unilateralmente en las ganaderías que no solo estaban contratadas, sino que figuraban en los contratos enviados por los toreros. Este hecho ha propiciado que el matador Borja Jiménez, uno de los afectados, emita un comunicado que reproducimos a continuación:
No soy de polémicas, de hecho huyo de ellas. Pero ahora mi corazón me hace expresar un malestar interior que, ni mucho menos, en las gélidas mañanas y tardes de invierno en las que uno sueña con el toreo y se esfuerza por ser mejor en su profesión jamás imaginaría.
Simplemente quiero expresar mi decepción por lo ocurrido con Cenicientos, un pueblo al que admiro por su forma de querer al toro, por su forma de respetar al torero y por la idiosincrasia de una plaza fundamental para entender la tauromaquia en todas sus vertientes. Y estoy muy triste porque creo que ni mis compañeros ni yo nos merecíamos el trato recibido en las últimas semanas por parte del Ayuntamiento.
Después de haber sido contratado por la anterior Corporación -antes de las elecciones- para torear el 15 de agosto una corrida concurso de ganaderías y estar anunciado con toros de Murteira Grave y Los Maños, mi sorpresa fue que, hace unos días, me llega una notificación diciendo que van a cambiar las ganaderías que iba a lidiar. Sin consultarme, sin pedirme opinión y faltándome el respeto como torero entregado a esta profesión desde que era un adolescente.
No tengo nada en contra del hierro de Partido de Resina con el que me obligaron a anunciarme; es más, admiro la trayectoria de esta ganadería eje de la camada brava a lo largo de la historia y si me la hubiesen ofrecido por derecho hubiese aceptado a lidiarla. Pero lo que no tolero es que se juegue con la capacidad de decisión de un torero y de mi apoderado, Julián Guerra. Y no lo tolero porque no va ni en la ética de la tauromaquia ni tampoco en la legalidad contractual de un asunto que está, desde el primer día que ocurrió, en manos de la Unión de Toreros.
De verdad, no entiendo nada de lo que está pasando: ¿Por qué por una decisión arbitraria se va a condenar a dejar sin trabajo a decenas de familias contratadas en uno de los días en los que más toros hay del año? ¿Por qué se les condena a perder esa fecha, que ya tenían guardada y por la que se habían negado a torear en otras plazas ya que había un contrato enviado ya al Ayuntamiento y visado?
Y vuelvo a reiterar que había tenido ofertas para otras plazas en ese día, algo que deseché por el respeto con el que se había planteado desde el principio esta contratación.
Mi sueño sería que esto solo fuese una pesadilla y que la Feria de celebrase tal y como estaba contratada para no defraudar a nadie. Todo mi respeto al pueblo de Cenicientos. Ojalá se pueda solucionar pronto este asunto.
En Salamanca, a 29 de julio de 2023.