CAMPO BRAVO

La situación se agrava en el campo bravo y los veedores avisan: no hay toros ni siquiera para Madrid (y lo peor se espera a partir del 2024)


viernes 7 julio, 2023

Esa reducción de animales derivada de la pandemia pone sobre la mesa un problema que habrá que intentar solucionar de la mejor manera posible sin que esta dañe al espectáculo

El Torero
Un toro de El Torero en Las Ventas. © Plaza 1

Como ya venimos contando en este medio desde hace tiempo tras consultar a profesionales y hombres de campo, se vienen tiempos difíciles en relación al número de toros aptos para las ferias importantes de los años venideros. La reducción de animales tras la pandemia hizo que muchas ganaderías readaptasen el organigrama de su explotación para hacer frente a la demanda real que tenía su ganadería en el mercado.

La bajada de número de festejos obligaba a los ganaderos de bravo a reconsiderar ciertos aspectos relacionados con su explotación. Un 2020 y un 2021 en el que muchos cuatreños y cinqueños fueron al matadero por la imposibilidad de darles salida en las plazas de toros. Unos hombres de campo que también hicieron criba en las camadas de utreros, erales y añojos, es decir, los toros para 2023-2024-2025, quemando bastantes animales a puerta cerrada para intentar buscar sementales y así sacar algo positivo a este momento tan delicado para ellos.

Pero no solo han quitado machos muchos ganaderos, incluidos los de primera fila, sino que también se han quitado vacas para conseguir adelgazar la cadena de reproducción y por consiguiente herrar menos animales. Bien es cierto que no fue de una manera alarmante, pero sí marcaba una pauta de lo que había que hacer para no tener excedentes de ejemplares en el campo. Como se suele decir, cada maestrillo tiene su librillo, por ende, hubo ganaderos que se quitaron vacas, pero otros que simplemente echaron parte de las mismas al toro manso, así no perdían la subvención de la PAC y reducían cabezas de bravo.

Sin ir más lejos, un ganadero de la parte alta del escalafón como Juan Pedro Domecq viene haciendo una paulatina reducción de sus cabezas de ganado desde que se hizo con las riendas de la vacada familiar tras el fallecimiento de su padre. «Yo paseé de tener 1000 vacas hace doce años -con los dos hierros de la casa- a quedarme actualmente con unas 420 únicamente bajo el paraguas de Juan Pedro Domecq, es decir, hice una reducción de más de un 60%».

Pero no todos los ganaderos han reducido su hato de vacas, hierros como La Quinta o Lagunajanda han aguantado el tirón capeando el temporal como buenamente podían. «En la actualidad tenemos 250 vacas de vientre, un número que no han variado a pesar de la pandemia. Es el número que hemos mantenido siempre, prácticamente, desde el principio de los años 90. Esta crisis nos golpeó fuerte, pero quitar vacas es quitar genética, y eso no nos lo podemos permitir. Superamos otras épocas de gran dificultad tomando otras decisiones y no nos fue mal. Vamos a seguir por ese camino», comentaba a Cultoro Álvaro Martínez-Conradi.

Según fuentes consultadas por este medio, los veedores están tremendamente preocupados por la situación que les va a tocar vivir los próximos años. 2023 dentro de las dificultades no va a ser tan duro, el problema según nos cuentan se dará en 2024, 2025 e incluso 2026 cuando el descenso de los astados aptos para plaza de primera haga inviable -en muchos casos- lidiar corridas completas con el trapío que exigen cosos como Madrid, Bilbao, Zaragoza, Pamplona, Vic Fezensac o Ceret.

Ese problema lo van a tener las empresas y los veedores a la hora de reseñar corridas para sus plazas. Al reducirse el número de toros será clave adelantarse a la competencia para reseñar corridas de determinadas divisas. Ese es un factor que repercutirá positivamente en los ganaderos a la hora de fijar un precio acorde a sus exigencias, al existir más demanda que oferta el precio aumentará, maquillando unas cuentas muy mermadas por la subida de las materias primas y la pérdida durante la pandemia.

Por todo ello habrá que buscar una solución para las próximas ferias de primera. Ahora será normal ver corridas con dos y hasta con tres hierros en esos días denominados de clavel, no tanto así en festejos de menor tirón taquillero donde el abanico ganadero es más amplio. Sea como fuere, los veedores están muy preocupados por esta situación, esa que llevan avisando desde hace tiempo, pero que parece no haber calado en un aficionado que va a exigir el toro de Madrid por encima de todo.

Pero esta falta de animales no la ven esos aficionados que exigen determinados hierros o ganaderías, divisas que en muchos casos son orilladas por el recelo de los toreros. Divisas que se ven obligadas a lidiar en las calles al tener cerradas las puertas de un gran número de plazas. Por eso cuando se habla de falta de toros, el aficionado salta al entender que esa merma se da más en una amalgama de hierros y no tanto en otras que gozan de menos oportunidades, existiendo toros de sobra para lidiar en una plaza como Madrid sin tener que buscar sobreros y toros mal presentados como viene ocurriendo esta temporada.

Hablábamos antes de adelantarse a la competencia por determinados hierros, algo que ya está sucediendo al ver los veedores como se han reducido las camadas del guarismo 0, 1 y 2 en una mayoría de ganaderías. Por todo ello, siempre que sea posible, se buscará lidiar un encierro completo, pero en otras ocasiones habrá que buscar fórmulas para que el espectáculo no pierda interés. Corridas concurso, desafíos ganaderos, corridas de tres hierros… opciones hay, algo que se viene dando desde hace tiempo. Lo importante es tener dominado el campo y apostar por divisas que estén en buen momento y que tengan toros aptos para este tipo de plazas.