Novillos de La Cercada se lidiaban en la tarde de la Plaza Real de El Puerto de Santa María, donde hacían el paseíllo una terna compuesta por Víctor Barroso, Manuel Caballero y Manuel Román.
Ovación para Víctor Barroso con un primero falto de entrega
Sobresalió Víctor Barroso en los delantales del quite en una faena a un utrero que nunca tuvo entrega. Pero tuvo cierta tendencia a pasar a diestras, por lo que llegaron tandas reunidas y de cierto brillo por ese pitón, aunque al natural no hubiera opción de dejar nada destacado. Una estocada puso pañuelos en las gradas, pero no los suficientes para pasar de ovación.
El templado toreo de Manuel Caballero se queda sin premio por no rubricar con el acero
El segundo tuvo alegría en la salida para que lo cuajara a la verónica Manuel Caballero, conectando mucho con el tendido. Con la muleta supo cuajarle con temple la clase al animal, con un gran nivel por ambos pitones. Sobresalieron un par de tandas al natural, tomadas muy de verdad y muy sentidas por parte del torero. Pero todo se esfumó con la espada, y lo que pudo ser premio mayor quedó en ovación.
El toreo personalísimo de Manuel Román con el gran tercero acaba sin espada
Bueno fue también el tercero, al que cuajó a la verónica Romás y luego también con un quite por chicuelinas. Se desmonteraron Javier Ambel y Perico y brindó a El Juli una faena muy importante ante un toro que tuvo mucha clase, con detalles de torería y, sobre todo, de personalidad acusada. Hubo mucha calidad y sentimiento en el toreo con la mano izquierda, pero también poder y mando para reunir la obra. Lo que no hubo fue suerte con la espada, y un faenón sin paliativos quedó en una ovación.
La disposición y el temple de Víctor Barroso le ponen en la mano las dos orejas del gran cuarto
Con una larga cambiada de rodillas saludó Víctor Barroso al cuarto, otro buen novillo al que saludó con verónicas de empaque. Tuvo mucha disposición desde el principio, de rodillas y toreando, con alguna arrucina y también con expresión toreando ya de pie. Manejó muy bien el novillero la tremenda clase que tenía el animal y supo templarlo con gobierno para estar siempre con la faena al alza. Una estocada entera dejó en sus manos las dos orejas del animal, aplaudido en el arrastre.
Manuel Caballero le corta una oreja de valor y oficio al exigente quinto
El colorao quinto fue más exigente que los anteriores, pero se encontró con mucho valor y mucho coraje por delante en Manuel Caballero, que supo someter y mandar hasta construir una faena merecedora de una oreja tras la gran estocada que logró enjaretarle al de La Cercada.
Manuel Román se rompe templando al buen sexto y la espada se empeña en aguarle la fiesta.
El sexto fue otro novillo importante de verdad, con entrega en las verónicas con las que lo saludó un Manuel Román personalísimo en la interpretación del toreo que conquistó sin paliativos la Plaza Real. Se desmonteraron en banderillas Miguel Ángel Sánchez y Perico. La faena de muleta comenzó con doblones en los que se le vio la profundidad de un novillo que se entregó a la personalidad de toreo largo y de trazo medido de Manuel Román, impensable para un chaval tan joven. Tuvo momentos de éxtasis toreando que llegaron al tendido volviendo loca a la concurrencia, pero cuando ya se veía incluso el rabo para el novillero, el fallo a espadas lo barrió todo menos la memoria. Una ovación fue escaso premio para la forma de torear de Manuel Román.
FICHA DEL FESTEJO
Plaza Real de El Puerto de Santa María, Cádiz. Quinta de abono. Novillada con picadores.
Novillos de La Cercada, correctos de presencia y de gran juego en general.
Víctor Barroso: ovación y dos orejas.
Manuel Caballero: ovación y oreja.
Manuel Román: ovación y vuelta al ruedo tras aviso.
FOTOGALERÍA: EDUARDO PORCUNA
