Saúl Jiménez Fortes es de los toreros más castigados por la profesión, tanto en el tema de despachos como por los propios animales en la plaza. Un espada que tras tomar la alternativa en la plaza de toros de Bilbao no pudo tener la continuidad necesaria debido al peaje que le hicieron pasar los animales. El próximo 24 de agosto cumplirá 8 años de alternativa en un año donde no ha sumado ningún contrato.
Únicamente con Málaga en el horizonte, Saúl centra todos sus pensamientos en una plaza donde sabe lo que es triunfar, un coso donde estará arropado por los suyos. La empresa Lances de Futuro ha sido justa con el torero malacitano y le ha dado un hueco en uno de los carteles estrella del abono junto al alicantino José María Manzanares y el peruano Andrés Roca Rey. Un festejo programado para el próximo 16 de agosto.
Fortes: «Siempre me he sentido muy responsable de haber elegido mi profesión»
Con motivo de su primera corrida del año ha sido entrevistado por los compañeros de El Español, una charla donde dejó fuera los tópicos y tocó otros temas relacionados con su profesión. Un espada que tiene el cuerpo cosido a cornadas, algo que se le ve mientras entrena y torea de salón. El torero muestra sus heridas con naturalidad, convencido del valor que tienen para cualquier persona que desfila por el albero, sin saber si será o no la última vez se podía leer en la entradilla de la entrevista.
Saúl no es ajeno a la realidad del día a día, sabe los problemas que tiene la vida de torero, el sacrificio, los sinsabores, pero todo vale la pena cuando conecta con los tendidos, siendo capaz de darle 20 muletazos a un toro como él siente. Casado y padre de dos hijos, Fortes es consciente que la vida le lleva por unos caminos diferentes al resto de los mortales, sabe que es difícil pedir una hipoteca en una situación como la suya, la inestabilidad en el toreo es algo que no se le escapa a nadie.
“Siempre me he sentido muy responsable de haber elegido mi profesión. Por ejemplo, ahora tengo dos hijos pequeños y al mayor le gustan tanto, tanto, tanto, con una pasión y una vocación enorme, que veo un componente innato muy importante” comentaba el malagueño en la citada entrevista en El Español.
«Con la edad te vuelves más pragmático»
“Con la edad te vuelves más pragmático. Este arte tiene que alimentarse muchas veces de la fantasía y la ilusión de llegar a un sitio y triunfar; de que sucedan cosas que todavía no han ocurrido. Es como si hubiera una parte de novela que convive con la responsabilidad de la familia, algo que no es fácil. Estamos hablando de una profesión que te absorbe mucho y te exige mucha dedicación… sin saber cuánto te va a aportar. Con 20 años se soporta mejor que con 33, pero teniendo una familia a cuestas te ves obligado a sacarlo adelante”.
Desde chico supo de qué iba esto, su madre fue de las mujeres pioneras en un sector muy centrado en el hombre. Saúl es un chico de su tiempo, un hombre que sabe que el toreo es su vida, pero no es lo único a lo que se puede agarrar. Su sueño aún sigue muy vivo, sabe que tiene la moneda para funcionar en esto, pero para ello la suerte tiene que dejarle de ser esquiva por una vez. Como todo torero cuida la parte física y mental, torea de salón, y como no, hace campo para seguir sintiendo el toreo en las yemas de sus dedos.
Los días pasan y cada vez está más cerca una cita donde debe dar lo mejor de sí para volver a entrar en ese circuito del que por h o por b no hace tiempo que le dio de lado. Tiene dos balas sobre la mesa, dos oportunidades para gritar bien alto, que sigue más vivo que nunca. La rueda debe empezar a girar, siendo el momento para dar el salto y no salirse de ella, si consigue subirse al carro de las ferias ya no habrá oficina bancaria que le niegue una hipoteca y si muchos que llamen a su puerta viendo que un torero de Málaga ha sido capaz de cambiar su historia.