El próximo sábado todo aficionado al mundo del toro tiene una cita ineludible en la Monumental plaza de toros de Las Ventas:a las seis en punto de la tarde trenzarán el paseíllo José Ignacio Uceda Leal, Julián López ‘El Juli’ y Tomás Rufo, tres espadas que esta temporada han realizado faenas importantes en la primera plaza del mundo. Una terna que se anuncia con los toros de las divisas charras de El Puerto de San Lorenzo y la Ventana del Puerto, dos ganaderías bajo la batuta de la familia Fraile.
Una tarde donde todos los focos parecen estar puestos en la figura de Julián, torero que cumplió hace unos días sus bodas de plata como matador de toros y que se despedirá de la primera plaza del mundo tras más de 45 corridas de toros toreadas desde que tomara la alternativa en Nimes allá por 1998. Pero no hay que olvidar a otro espada madrileño que está mostrando una gran regularidad en Madrid: Uceda Leal.
Su faena el 2 de mayo de 2020 a un toro de la familia Lozano le volvió a poner en el candelero. Pese a no encontrar acomodo en ninguna de las sustituciones que hubo en la Feria, la propia empresa le acarteló junto a Morante de la Puebla la pasada Feria de Otoño, una tarde donde daría una vuelta al ruedo tras pechar una faena de premio. Volvería a Madrid el 2 de mayo en un mano a mano con Fernando Robleño, una tarde donde también la tizona emborronaría una faena muy personal.
Encontraría su sitio este año en San Isidro, de nuevo con Morante de la Puebla en el cartel, festejo en el que pasearía una oreja de un animal de El Torero tras una faena de gran torería, algo que le valió para ser tenido en cuenta de cara a la Feria de Otoño. Y así fue, José Ignacio fue el elegido para abrir cartel en la dependida de una máxima figura del toreo como Julián López ‘El Juli’. Pero Uceda no se resigna a ir de combinado de piedra, sabe que tiene dos toros para volver a ver entregada a Madrid, y a buen seguro que si uno del hierro salmantino le mete la cara puede haber lío.
Uceda Leal es un torero de un corte muy personal, un espada diferente al resto que ha ganado en regularidad en estos años, pese a ello no es un espada al que se le pidan faenas largas ni muletazos inverosímiles, con él, el aficionado busca ese toreo de cadencia y suavidad, de armonía y torería, algo que le sobra a un torero que ni mucho menos va de tapado. El buen aficionado sabe de lo que es capaz, al igual que un Juli al que le motivan toreros que saquen lo mejor de él, y el madrileño es uno de ellos pese a que no tenga el boato de otros.