La unión y vinculación de Morante de la Puebla con la familia Matilla va más allá de una cierta amistad. El diestro sevillano y los empresarios salmantinos se conocen desde hace tiempo, incluso en aquellos momentos en los que Diodoro Canorea movía los hilos de la cartelería de Sevilla y Teodoro García “Matilla” los del toreo en general. Un tiempo en el que empezaba a despuntar un espada que tuvo en la figura de Dionoro a un fiel partidario.
Con el tiempo tanto Toño como Jorge García Jiménez siguieron sus pasos, esos que con los años le volvieron a unir a la figura de Morante de la Puebla. Como ganaderos disfrutaron de las faenas de José Antonio a los toros de la casa, como empresarios negociaron su inclusión en los carteles en las distintas ferias donde lo anunciaron, viviendo también tardes inolvidables a todo tipo de toros. Unos años después sería Toño quien lo apoderaría tras poner fin a su unión con Manolo Lozano.
Sorprendió en cierta medida que el cigarrero apostara por la Casa Matilla para que llevara los designios de su carrera tanto en la temporada americana como en un 2019, donde daría un paso adelante definitivo en su carrera. Tras la llegada de la pandemia y dos años muy complicados, el sevillano rompería su relación de apoderamiento con la Casa Matilla para llevar su carrera en solitario, algo que con el tiempo se encargaría Pedro Jorge Marques, amigo personal del torero y con el que aún sigue vinculado profesionalmente.
Un triángulo de las Bermudas formado por José Antonio, Koke y Toño Matilla en el que los tres se ven unidos después de sufrir las dos caras del toreo: la gloria en forma del triunfo y el dolor del percance. Pese a torear infinidad de corridas de este hierro, su mayor triunfo con el mismo vino la pasada Feria de San Miguel, cuando el sevillano bordó el toreo ante un astado nada fácil, un ejemplar con el que dio un paso adelante el sevillano para realizar una faena que quedará guardada en los anales de la historia.
Un triunfo que traspasó las fronteras de la información taurina, haciéndose eco de la misma medios generalistas. Pasaron los meses y José Antonio, una vez pasada una histórica Feria de Abril se anunciaba con los astados de la familia Matilla en Vila Franca de Xira, coso donde un toro de la casa le provocaría una rotura del ligamento escafo-semilunar de la mano derecha de la que aún no se ha recuperado.
Una lesión que le obligará a pasar por el quirófano este mismo invierno y la cual le lleva trayendo de cabeza desde el pasado mes de junio. Un hierro con el que reaparecerá en La Maestranza este viernes junto a José María Manzanares y Pablo Aguado en un festejo que ha levantado una enorme expectación y con el que Morante desea volver a repetir la faena del pasado año. Un hierro muy del gusto de las figuras y que suele embestir más en septiembre que en abril, como así lo marcan las estadísticas en esta plaza, esa en la que Manzanares ya ha cuajado varios toros como aquel Filósofo de Olga Jiménez al que cuajó en una inspirada faena en la Maestranza. ¿Será en esta ocasión Aguado quien triunfe con un toro de la casa en San Miguel?