MANIZALES (COLOMBIA)

Roca Rey y Tomás Rufo, un triunfo con mensaje en el festival de Manizales


domingo 14 enero, 2024

Casi se llenó otra vez la monumental dos horas después de finalizada la corrida para la continuación del festival benéfico.

Roca Rey En El Festival
Roca Rey en el festival.

Casi se llenó otra vez la monumental dos horas después de finalizada la corrida para la continuación del festival benéfico. De nuevo, ahora sin la presencia de la lluvia, la afición sacó a saludar a los toreros que, sin tener obligación, decidieron darle continuidad al espectáculo. También saludó Antonio Ferrera, ahora vestido de paisano, después de la demostración de pundonor de la noche anterior. Esta vez el turno de la gloria fue para Roca Rey, que se perfila como ídolo local, y un Tomás Rufo que ya no quiere seguir de cerca la estela dejada por el peruano, sino marcar la pauta y discutirle el trono.

Puede que haya sido en un festival, un festejo catalogado como de menor categoría que las corridas tradicionales, pero que en Manizales es diferente. Aquí es el eje de la feria, el que concita la mayor expectación, porque el público es consciente de su fin solidario y porque en él se reúnen los más rutilantes nombres que conforman el abono, con los novillos de la tierra. Así que cada triunfo se valora, y mucho.

Ya metidos en faena, si había un torero para el novillo que salió cuarto ese era Roca Rey, porque aunque metió bien el morro en el capote, exigía valor para esperarlo mucho a qué decidiera entrar en el embroque y, claro, el peruano clavó sus botos en la arena para aguantar el envite, con alguna colada incluida, e ir estirando esa humillación durante todo el recorrido del muletazo. Entonces surgió el poder de Roca para, no sólo llevar cosido al buen novillo, sino para sujetarlo y, al tiempo, administrar su fondo. Tardó

poco el novillo en entregarse, lo mismo que el público, a la autoridad de Andrés, que decidió no darse coba con alguna petición de indulto y tiró al novillo de un espadazo. El premio cayó por su propio peso.

Y si hay alguien dispuesto a discutirle su lugar de privilegio al peruano ese es Tomás Rufo. El toledano apostó por un toreo valiente y dispuesto, con el poder habitual de su muleta, para no dejar parar al reservón quinto y desengañarlo, firme, mandón e inteligente. La contundencia de cada muletazo fue la base del siguente, edificando una faena sólida, hasta que el novillo no tuvo más remedio que obedecer a cada envite. Entonces Rufo hizo lo que quizo. Se lo pasó por la espalda, lo dejó llegar a los muslos, se lo ciñó a la barriga en muletazos por ambas manos mientras el público bramaba. Algunos llegaron a pedir un indulto exagerado, pero el estoconazo valió las dos orejas y la vuelta de premio al toro fue también una extensión de lo hecho por el matador. Fue una buena manera de decirle a Roca Rey, que Rufo esta dispuesto a dar la pelea.

Antes, aunque la humillada embestida del primero hizo entusiasmar al público, pues permitió un vistoso quite por navarras y serpentina de Cristóbal Pardo, que también puso banderillas, duró poco la ilusión, porque el de Gutiérrez buscó pronto las tablas evitando cualquier posibilidad de lucimiento a un torero que porfió sin éxito.

El segundo transmitió pronto porque mostró temperamento y prontitud, razón por lo que las verónicas del recibo de Talavante fueron muy jaleadas por ajustadas y rítmicas, pero ese temperamento se transformó en un derrote violento tras cada embroque, lo que dificultó el temple y se llevó por delante las opciones de triunfo.

Tampoco sirvió el tercero, que no tuvo finales, pues tras humillar para tomar el embroque salía dormido, desentendido, sin interés. Emilio de Justo, brindó a Curro Vázquez y trató de alegrar tan rácana embestida, pero el novillo nunca rompió y la faena tampoco.

Y se necesitaba mucha autoridad y experiencia para sacar de su querencia al manso sexto, que sólo tuvo gas para una serie de doblones a media altura en el comienzo de faena de Felipe Miguel Negret, antes de refugiarse en tablas. El bogotano lo intentó y consiguió robar una serie meritoria en los terrenos elegidos por el novillo, pero poco más pudo hacer.

FICHA DEL FESTEJO

Sábado 13 de enero de 2024. Plaza de toros de Manizales, Colombia. Continuación de la quinta de abono. Festival benéfico. Casi lleno en noche agradable

Seis novillos de Ernesto Gutiérrez, rajado el humillador primero; áspero el segundo; desfondado el tercero; con fondo el buen cuarto; al quinto, «Dante», nº 57, negro, premiado con la vuelta al ruedo por su enclasado fondo; y manso el sexto. Pesos: 439, 422, 376, 414, 420 y 388 kilos. 

Cristóbal Pardo, ovación tras aviso. 

Alejandro Talavante, silencio. 

Emilio de Justo, ovación. 

Roca Rey, dos orejas

Tomás Rufo, dos orejas. 

El novillero Felipe Miguel Negret, silencio.