Como venimos hacinado de un tiempo a esta parte, Cultoro quiere acercarse a esas ganaderías humildes que están fuera del foco de las grandes ferias, hierros que durante muchos años han tenido su nicho de mercado en las novilladas sin caballos y los festejos populares. En este caso nos vamos tierras cacereñas de Galisteo, concretamente a la finca “Fuente De Valdechina”, lugar en el que hasta no hace mucho pastaba la ganadería de Ciriaco Toscano Martín.
Fue una vacada formada en los años 80 por el propio Ciriaco Toscano al adquirir animales de Juan Mari Pérez Tabernero-Montalvo. Poco tiempo después decide apostar por un proyecto nuevo bajo el paraguas de la divisa de Valdeolivas, propiedad de la familia Gil -con el polifacético Jesús Gil a la cabeza-. Se trataba de una vacada de procedencia Núñez-Marqués de Domecq. Asimismo, se introdujeron sementales como “Rompelunas”, en tipo Rincón, y “Ensaladero” más en línea del Marqués de Domecq.
La venta de las últimas reses de Valdeolivas a Alfredo Barnechea
Tras más de 40 en la familia, Antonio Toscano -hijo de Ciriaco-, ha decidido ahora desprenderse de todo el ganado que había en su finca, vendiendo la totalidad de las reses a Alfredo Barnechea, un importante empresario y político peruano que ha afincado su proyecto ganadero en tierras sevillanas de Guillena. «Hace unos meses que decidí vender la ganadería, todo se ha puesto muy complicado y no quería mandar mis animales al matadero. Me salió una oportunidad y decidí desprenderme del ganado«, explica en palabras a este medio.
«Nosotros comprábamos muchas vacas de desecho a la familia Gil. Conocíamos mucho al mayoral, y todos los años nos vendían 70 vacas de desecho. Pero como el que decidía más era el hijo de Jesús Gil, él sabía lo que era bueno y lo que era malo”, nos comentaba Toscano, un ganadero apasionado por el toro bravo, un hombre que encontró en el festejo popular esa chispa necesaria para seguir ahondando en su afición.
Valdeolivas, ahora una importante yeguada
La familia Gil, pese a tener su cuartel general en la finca abulense de “Valdeolivas”, dio cobijo a un buen número de cabezas de ganado en “El Arco”, dehesa de más de 1.800 hectáreas situada en el extremo noroeste de la provincia de Toledo. De estos pagos se fueron trasladando poco a poco vacas de esta rama a la citada finca de “Fuente De Valdechina”, lugar donde nuestro protagonista de hoy fue dándole su sello a la ganadería.
«Jesús Gil compró un número importante de vacas a la familia Núñez en 1991, así como reses de Marqués de Domecq y Martelilla en 1993. Entre unas y otras creo que fueron en torno a 500 reproductoras, y de esas desecharon más de 200, que nosotros echamos para los pueblos. Muchas de ellas las tentamos en casa para buscar ese tipo de toro que siempre soñé como ganadero«, acababa exponiendo el ganadero extremeño.
Ahora, Valdeolivas es una importante yeguada ubicada en la Serranía de Gredos.