LA MÉXICO

Adame sale en hombros en la tarde de José Tomás


domingo 31 enero, 2016

El mexicano desorejó al único toro con posibilidades de Los Encinos mientras JT no paseaba la oreja que le cortaba al primero

El mexicano desorejó al único toro con posibilidades de Los Encinos mientras JT no paseaba la oreja que le cortaba al primero

Volvía esta
noche el mito de Galapagar a hacer el paseíllo en una plaza de toros y, ante
45.000 almas y a las once y media en punto, trenzaba el paseo de los valinetes
en la plaza más imponente del mundo. José Tomás, seguido en suerte de Joselito
Adame, hacía vibrar con su presencia a la Monumental de Insurgentes. El
encierro correspondía a
Los Encinos
y Fernando de la Mora.

De Los Encinosera el primero de la tarde, un toro que a la postre fue desrazado y sin fuerza
con el que justificó su labor José Tomás, especialmente atornillándose en el anillo
azteca muleta en mano. Con el capote recibió al astado por un ramillete de
templadas verónicas. Fue al natural ya con la muleta en la mano y cuando
intentaba forzar con el pase de pecho el toro terminó por echarse. Alargó muy
bien el brazo en la siguiente tanda, también al natural, que rebrincó su
embestida mientras JT fue superando todos los límites con un astado descastado.
Decidió irse para que tomara aire el astado y tomar de nuevo la mano izquierda,
donde en un desplante el toro lo prendió de feísima forma para lanzarlo contra
la arena azteca y tenerlo a merced de sus pitones, levantándose con la
taleguilla rota. Prosiguió ligando y templándose por ese mismo lado para
conseguir de nuevo poner en pie los tendidos
. Con un afarolado remató la última
tanda, para, ya en el remate muleteril, ser prendido de nuevo y llevarse un
varetazo en el cuello. Dejó una estocada ligeramente trasera pero entera.

Más alto fue el segundo de la tarde, de Fernando de la Mora, que se entregó más en el tercio de quites que de salida, a pesar del calor que le mostró a Joselito Adame La México. Coreó el tendido las chciuelinas con las que le metió mano el mexicano a este primero de su lote. Al hilo de las tablas comenzó Adame por alto, pero se templó más en el toreo de mano diestra con el que comenzó su labor en los terrenos del tercio, pese a la manía de arrollar con la cara a media altura del animal, altura que usó Joselito para ligar los derechazos a placer. Bajó la intensidad en el trasteo con la mano zurda, por donde carecía el toro de transmisión, por lo que decidió el mexicano volver a la diestra para exprimir los muletazos en un palmo, poniendo mucho para suplir la falta de transmisión hasta convertir en un hervidero una plaza entregada a su figura. Generoso fue en el metraje Adame, con series de seis y siete muletazos, culminando siempre con el martinete para rematar por el mismo pitón. Con manoletinas firmó el epílogo el de Aguascalientes a una faena muy técnica y meritoria emborronada de fea manera con la espada para quedar sin premio.

A pies juntos recibió José Tomás al tercero con mucha suavidad, erguido y ajustado en los embroques hasta rematar con la media ralentizada. Escasa fue la fuerza del animal de Fernando de la Mora, y acusó esa circunstancia desde que salio del peto. Con hieratismo y verticalidad abrió faena al animal, que tuvo fijeza con el fondo muy justo mientras le iba peinando las arrancadas el de Galapagar hasta ligarle series de cinco y el de pecho. Fue la suavidad la clave, el pulseo perfecto en el acompañamiento de la embestida que había que ayudar para que se repitiera con ritmo. Retrasó los cites JT para alargar los viajes, para ligar siempre a más mientras avanzaban las series cada vez más macizo en su toreo, asentado en su poso y personalísimo en su interpretación sincera y profunda. Consintió mucho el madrileño al animal cuando comenzó a aburrirse por no tener más fondo, tirando de valor para ofrecerse de frente por detrás ante la mansedumbre del bicho. A más el trasteo, hasta siete muletazos y el remate tuvo la serie que antecedió al epílogo, que tuvo que ser ya junto a tablas con el toro desentendido de trapo. Un metisaca afeó la suerte suprema, que rubricó con media tendida para saludar una ovación.

Con una brega por abajo muy efectiva saludó Joselito Adame al cuarto de la tarde, que no tuvo ni el ritmo ni la fijeza ni la entrega que hubiese necesitado el mexicano. Muy medido de fuerza, tuvo que apuntalarlo a la hora de correr la mano con la muleta a la descompuesta embestida. Midió los tiempos Adame y le dio aire al animal para intentar mantenerlo en pie con la mano diestra. No le dudó el mexicano y quiso enroscarlo siempre detrás de la cadera, poniendo mucha entrega en los muletazos muy coreados por el público que abarrotaba La México. Le faltó redondearse al de Los Encinos y tuvo que acortar las distancias para interpretar siempre con mucho valor, con los muslos ofrecidos para que no faltase la entrega. Le puso firmeza y verdad Adame al trasteo para jugarse la vida a falta de material para torear profundo, dejando que le llegasen los pitones al pecho y exponiendo siempre para aprovechar la poca virtud. Un pinchazo y una estocada dejaron en ovación el reconocimiento del mexicano.

El quinto, más pobre de cara, fue devuelto inmediatamente a la primera protesta, ante el estupor de los profesionales por la devolución de un toro que el propio presidente había aprobado durante la semana. Menos trapío tenía el sobrero de Xajay que lo sustituyó, y fue protestado desde el tendido mientras le soplaba verónicas José Tomás con buena cadencia. Mwejor en el quite por chicuelinas, de hierática verdad, con un torerísimo remate soltando una punta del capote. No tardó en sacarse el toro a los medios Tomás, ya con la muleta en la mano, buscando la entrega de un animal que no terminaba de ofrecerla. Reservón e incómodo el animal, no fue nada fácil sobreponerse a lo deslucido de su embestida ni a la contra que le regalaba un tendido que arreció en la protesta ante la falta de calidad del de Xajay. Se dobló José Tomás con el bicho, pero decidió abreviar por la falta de calidad del toro. 

Con dos largas afaroladas salió a por todas Joselito Adame para llevarse el gato al agua en el mano a mano. Muy apretado fue el saludo a la verónica, con el toro de Los Encinos metiendo la cara con franqueza en el percal. Lo vio pronto Adame, que lo galleó por chicuelinas para colocarlo al caballo en un trámite de tercio. Por zapopinas quitó Joselito Adame a la salida del penco, haciendo que rugiese el embudo de Insurgentes, deseoso de aplaudir en una tarde como esta. A José Tomás brindó Adame la muerte de este sexto, antes de iniciar con mucha quietud y por alto en un inicio rematado con una firma muy de la tauromaquia del torero hidrocálido. Tenía calidad el de Los Encinos, y allí se fue a aprovecharlo Joselito por el pitón derecho, metiendo en el canasto con prontitud al animal. Más embarcado el toro con la mano izquierda, por donde le cogió el aire con mucho temple para cuajarlo al natural con la mano muy por abajo. Tuvo largura el trazo de un Adame que supo aguantar los parones del final de un toro con transmisión para hacer el toreo, al que le invadió los terrenos el mexicano para redondear la faena. La plaza loca cuando entró a matar en la suerte de recibir, la estocada hasta las cintas facilitó la concesión del doble trofeo.

FICHA DEL FESTEJO

Plaza de toros
Monumental de México. Temporada Grande Internacional. Corrida de toros. Lleno de No hay billetes.

Tres toros de Los Encinos (primero, cuarto y quinto), otros tres de Fernando de la Mora (segundo, tercero y sexto) y un sobrero de Xajay, quinto bis. Noble pero flojo de remos el desrazado primero; obediente y de buen fondo sin clase el segundo; desrazado, feble y mansurrón el nobilísimo tercero; descompuesto y sin redondear el cuarto; devuelto el quinto por falta de cara; deslucido y sin entrega el quinto bis; con transmisión y fondo el buen sexto. 

José Tomás (rosa y oro): oreja, ovación tras aviso y pitos tras aviso.

Joselito Adame (marino y oro): silencio tras aviso, ovación y dos orejas.

Saludaron Christian Sánchez y Héctor Rojas tras banderillear al sexto.

 

FOTOGALERÍA: EMILIO MÉNDEZ