EMILIO MÉNDEZ
La tercera corrida de la Feria leonesa
correspondió a las expectativas, la gente salió toreando y disfrutó y degustó
de tres bastas tauromaquias, la del toreo antañón de «El Pana”, la del toreo de
arte puro de Morante y la de la enjundia, el valor y el sentimiento de Joselito
Adame. Joselito fue el triunfador del festejo al cortar tres orejas a base de
exponer de verdad la vida y por ello al final salir en hombros. Sus alternantes
tanto «El Pana” como Morante cortaron una oreja cada uno, deleitando a los
aficionados. Ante un lleno en el coso monumental La Luz, en tarde soleada y de
cielo despejado, se lidiaron seis astados de la ganadería de los Sucesores de
Teófilo Gómez, sobresaliendo los corridos en segundo, tercero y sexto lugares y
padeciendo en algún momento de poca fuerza.
El espada tlaxcalteca Rodolfo Rodríguez «El
Pana” en el toro que abrió plaza regaló algunos chispazos pintureros con el
capote. En la suerte de varas, el picador César Morales, fue ovacionado tras un
estupendo puyazo. Con la muleta, «El Brujo” de Apizaco empezó con una vitolina
en la zona de tablas, para luego ligar muletazos ayudados por alto. Se pasó el
engaño a la mano izquierda para dar algunos pases sin acomodo, siendo por el
pitón derecho por donde ligó hasta cuatro series con su estilo muy personal,
mismas en las que iniciaba con el molinete, con la vitolina y vaciando por
alto. Finalizó con estatuarias y estéticas sanjuaneras, matando de pinchazo y
estocada muy baja, para escuchar palmas.
A su segundo, de nombre «Chocolatero”, lo
recibió en tablas con dos lances de la veleta, dos norias y una rodolfina, para
ligar después buenos lances a la verónica con el sello de la casa. Con la
muleta, el singular diestro tlaxcalteca introdujo a la plaza en la cápsula del
tiempo y bajo las notas musicales de «Silverio Pérez” se dio a torear por
ayudados por alto, pases de trinchera y un molinete invertido, además del pase
de la estudiantina (creación del matador Jesús Delgadillo «El Estudiante” y que
presentó en su momento en Las Ventas de Madrid). Con su singular personalidad y
su toreo antañón engarzó series de muletazos derechistas, largos, templados,
todo enmarcado dentro de esa manera de ser tan personal, peculiar de «El Pana”.
Por naturales no tuvo mucha suerte, pero por el pitón diestro fue por donde se
recreó Rodolfo, haciendo vibrar los corazones de los aficionados que llenaban
el coso «La Luz”, más toreo derechista, templado, trincherazos, molinetes
invertidos, para después perfilarse con la espada y dejar un pinchazo al
intentar matar recibiendo y terminar de estocada honda, al tiempo que sobre la
plaza y casi sobre el ruedo revoloteaba una parvada de golondrinas. El toro
dobló y a petición popular se le concedió una oreja entre gritos de «¡¡¡torero,
torero!!!!!”, dando una y hasta dos vueltas al ruedo, inclusive en la segunda
comiendo un trozo de pan, para al final colocarse en el cuello una pañoleta
verde que traía la leyenda «Sí a los niños en los toros”
En el primer astado que le tocó en suerte, de
nombre «Parlanchín”, el diestro andaluz José Antonio «Morante de la Puebla” trazó
seis portentosos lances a la verónica, para rematar con una media que fue una
pintura. Con la muleta inició por alto agarrándose de las tablas y ya suelto de
ellas, engarzó de manera maravillosa tres pases de la firma, dos trincherazos y
un cambio de mano por delante, que hicieron estallar la plaza de toros. Vino
una pausa y al noble toro teofileño, le instrumentó un auténtico concierto de
bien torear por ambos pitones, derrochando arte, estética y mucha torería, para
luego dar un pase afarolado y ligar brillantes naturales de mano baja. Se tiró
a matar y por desgracia pinchó en una ocasión y terminó de estocada entera y
desprendida para que le alcanzara a cortar una más que merecida oreja.
En su segundo, instrumentó flexionando una
pierna, cinco estéticos lances soltando una punta del capote, para después, de
pie intercalar verónicas de gran expresión y ajustadas chicuelinas,
embarrándose de toro. Con la sarga, inició con ayudados por alto en los medios
y un desdén y a base de inteligencia lograr entender a un toro no fácil, pues
tenía poca fuerza y se quedaba corto, sin embargo, a base de pelearle y de
consentirlo, le ha cuajado una estupenda faena por ambos pitones, destacando la
tersura, el ritmo, la cadencia y el sentimiento del torero de la Puebla del
Río. Hizo el toreo en redondo con
despaciosidad y buen trazo, ayudados por bajo, naturales de mano baja y
otros más citando de frente, utilizando tan sólo la muñeca de su mano izquierda
y sin enmendar el terreno. Así fue el epílogo de esta lucida y torera faena de
Morante, llena de arte y talento, malogró el trasteo pinchando en dos ocasiones
y dejando una estocada honda y desprendida
para que el público, de manera cariñosa lo sacara al tercio para
escuchar fuerte ovación.
El matador aquicalidense Joselito Adame en el
primer ejemplar de su lote, llamado «Ozono”, lo lanceó hasta en cuatro
verónicas a pies juntos, desmayando los brazos en la zona de tablas y cinco más
en los medios. Quitó ajustadamente por gaoneras, para luego en su labor de
muleta realizarla a base de un gran talento, empezando con tres ayudados por
alto, el de pecho y otro pase desdeñoso, para más tarde darse a torear por
naturales a media altura, ayudando al débil astado, además de aguantarle y de
sobarlo hasta que se pasó el engaño a la mano derecha y entonces instrumentó
magníficas series intercalando adornos muy toreros y toreando a la mínima
distancia. Le fue acortando la distancia y en un palmo de terreno realizó un pausado
y despacioso toreo en redondo y ya metido entre los pitones engarzó muletazos
de gran valor en la zona de tablas y en medio del contento general. La faena
estaba cuajada gracias a la inteligencia de Joselito Adame. Preparó la muerte
para dejar un pinchazo y una estocada desprendida y tendida, para que le fuera
otorgado un apéndice.
Y en el burel que cerró el festejo, de nombre
«Caminero”, un toro muy noble, obediente, pero que llegó a ser bobalicón, le
instrumentó cerrado en tablas, tres largas cambiadas y de pie lancear bien a la
verónica, pero mejor quitó por zapopinas, toreando de verdad, para rematar de
manera emocionante, de rodillas, con una larga afarolada y de pie remató con la
brionesa. En el tercio de banderillas optó por encargarse de él, cuando colocó
el primer par de manera comprometida resultó cogido espectacularmente por la
ingle izquierda, viviéndose momentos de angustia, resultando con la taleguilla
echa completamente girones y cuando se pensaba que traía la cornada, no fue
así, fue el puro susto y tras hacerle un remiendo en la taleguilla y colocarle
un pantalón de monosabio, regresó a la cara del toro para completar el tercio.
Ya con la muleta, Joselito salió a defender el sitio echo un auténtico jabato,
sentado en el estribo dando pases por alto y de rodillas le caminó hacia el tercio,
largando igualmente tela por alto y ya de pie remató con un desgarrador pase de
la firma y los gritos de «torero, torero!!!! No se hicieron esperar. Tronó en
las alturas «Pelea de gallos” y Adame a media altura toreó al natural,
rematando con un molinete y el de pecho, vino un desarme y ahí mismo un
valiente desplante. La emoción era extrema, pues Joselito hacia vibrar de
emoción a los aficionados con su expuesto toreo derechista en varias series plenas
de dimensión y una gran verdad, que desembocaron en cuatro fulgurantes
dosantinas que se las sacó al toro a base de riñones, se perfiló para entrar a
matar, dejando una estocada honda pero no fue suficiente, aun así los gritos de
¡¡¡torero, torero!!! Sonaban de nuevo en el tendido. Dos golpes de descabello
pusieron fin a la arrebatadora actuación de Joselito, quien así defendió el
sitio, sin importarle que este domingo esté anunciado en la Monumental Plaza
México. Así son las figuras del toreo. Como premio, le fueron concedidas las
dos orejas, para dar una triunfal vuelta al ruedo, otra con el ganadero y al
final salir en hombros.
FICHA DEL FESTEJO
LEÓN, Guanajuato. Tercera corrida de la Feria.
Coso Monumental «La Luz”. Entrada: lleno en tarde soleada y de cielo despejado.
Toros de los Sucesores de Teófilo Gómez que se
dejaron torear en general, sobresaliendo segundo, tercero y sexto.
Rodolfo
Rodríguez «El Pana”: palmas y una oreja.
José Antonio «Morante de la Puebla”: una oreja y al tercio.
Joselito Adame: una
oreja y dos orejas, con salida en
hombros.
El picador César Morales se hizo aplaudir durante
la lidia del primer toro.