CAMPO BRAVO

¿Por qué la cría del toro bravo contribuye a evitar los incendios forestales?


miércoles 20 julio, 2022

El toro bravo sirve como desbrozador natural de las zonas en las que vive, por eso donde hay explotaciones de lidia no hay apenas incendios forestales.

Toro Bravo
Toro bravo en el campo charro. © Pablo Ramos

La existencia del toro bravo tiene una muy positiva repercusión en el sistema medioambiental de España. El animal de lidia no es una especie, es una raza; es la raza de las razas y guardián de la dehesa ibérica. El toro de lidia ocupa más de 500.000 hectáreas de dehesa y es el mejor protector de la dehesa ibérica al convivir en equilibrio y armonía con la flora y fauna autóctonas. Las dehesas de toros de lidia se localizan principalmente en sierra o monte, zonas desfavorecidas de la Península Ibérica más agrestes y pobres, no aptas para el cultivo y amenazadas por la despoblación. Es ahí, precisamente, donde evitan que los incendios forestales que estos días están acechando gran parte de la Península Ibérica se extiendan.

¿Y por qué lo hacen? Porque sirven como desbroce natural de la vegetación para hacer que, en el supuesto caso de que hubiese fuego, éste no pueda avanzar. En cuanto a números de explotaciones bravas por comunidades, a finales de 2021, había en Andalucía 226 explotaciones ganaderas dedicadas a la cría de reses de lidia. Gracias a esta cifra se sitúa en la primera posición del ranking, seguida de Castilla y León con 167 ganaderías, según datos de la UCTL.

El toro bravo, guardián de la naturaleza contra los incendios

Vaca Becerro
Vaca brava con becero. © Pablo Ramos

Amén de salvaguardar a los de su especie, dependiendo de la zona donde se encuentre la ganadería, también ésta salvaguardará una flora y una faena de gran valor. Todo tipo de aves encuentran las ganaderías de bravo como un ecosistema ideal para su día a día. Las migraciones a ese lugar en su búsqueda de un lugar tranquilo y apartado del hombre, así como un ecosistema sostenible, hacen de las ganaderías un paraíso para todo tipo de animales que viven en ella. Y ya no sólo animales que alcanzamos a ver a simple vista, sino que otros como los insectos tienen su cobijo en estas zonas gracias a que no están cultivadas o de liego.

La dehesa es un ecosistema propio de los países del sur de Europa, con especial peso en la Península Ibérica. Su origen se halla en la transformación de los bosques mediterráneos, de los que se elimina parte de su masa arbolada para convertirlos en un territorio que conjuga la actividad económica agrícola con la forestal, la ganadera y la cinegética. Este hecho da lugar a espacios de gran biodiversidad.

Salvaguardar la flora y fauna, un trabajo que llevan haciendo los ganaderos desde hace siglos

Toro
Otro toro bravo en el campo charro. © Pablo Ramos

Salvaguardar la flora y fauna es un trabajo que llevan haciendo los ganaderos desde hace siglos. La vida semisalvaje del toro bravo ayuda a la protección de zonas que sin su presencia correría un grave peligro. Los ganaderos cuidan a sus animales con mimo, limpiando sus cercados y haciendo cortafuegos entre cercados. Con esto se evita que, en caso de incendio, éste corra con rapidez. Evidentemente no son inexpugnables nuestras dehesas, pero sí gracias al toro bravo se ayuda a salvaguardar a miles de especies.

Donde hay explotaciones de toro de lidia no hay apenas incendios forestales, por lo que el ecosistema donde se cría este animal tiene un valor tremendo. Pese a todo ello hemos visto como ganaderías de bravo –Aldeanueva o Los Lastrones– están sufriendo en sus carnes unos incendios que les está tocando muy de cerca. Hay que tener en cuenta, por último, que el abandono rural y del campo por parte de las autoridades competentes en la prevención de este tipo de desastres es la principal causa de los incendios.