FOTO PORTADA: Joao silva
Diego Ventura, Andrés Romero y Paco Velásquez, que tomaba la alternativa hacían este domingo el paseíllo en la tercera de abono de la Feria de Colombinas de Huelva. Se lidiaba un encierro de José Luis Pereda en el Coso de la Merced.
Oreja para Paco Velásquez en el toro de su alternativa
Señorón llevaba por nombre el toro de la alternativa Paco Velásquez, un animal que sacó muchos pies y al que el rejoneador portugués le dejó dos rejones de castigo. Se le vio centrado en todo momento al portugués, demostrando una gran monta y unas virtudes interesantes para funcionar en el rejoneo. Buscó siempre citar de frente al astado y clavar al pitón contrario. El de Pereda tuvo como virtudes la transmisión, la movilidad y la fijeza, algo que le vinieron como anillo al dedo al portugués para cuajar una interesante faena. Pecó de pegajosillo y de ponerse en ocasiones por delante, pero fueron defectos que pulió un rejoneador que dejó patente en el ruedo onubense sus buenas maneras. Con el toro más paradito pudo llegarle mucho y aprovechar su nobleza. Tras finalizar con las cortas pasaportó al astado al segundo intento, siéndole concedida una oreja.
Ovacionado Ventura con el reservón segundo
Se fue garrocha en mano Ventura para recibir a lomos de Generoso al segundo de la tarde, otro toro que salió con muchos pies y que puso a prueba a Diego. Como le pasó a Velásquez no rompió el rejon y tuvo que poner un segundo. Le tuvo que llegar una enormidad Ventura al de Pereda, un toro con nobleza pero reservoncete. A partir del cambio de cabalgadura pareció que el toro ganó aire y movilidad. A lomos de Velásquez dejó pares de banderillas batiendo al pitón contrarío, pero a esas alturas la faena aún no había acabado de romper pese a la porfía de Diego. Intentó caldear el ambiente con las cortas ante un toro que embestía a arreones, pero tuvo que usar el descabello para pasaportar al animal. Hubo leve petición de oreja, saludando finalmente desde el tercio.
Oreja para Andrés Romero del noble tercero
Con el Marsellés en mano se fue Romero a recibir a un tercero que evidenció de salida menos celo que sus hermanos. Andrés le buscó las vueltas a un animal que tuvo movilidad, pero el cual llevó siempre la cara altita. A base de no dejarle pensar le dejó dos banderillas que calaron en los tendidos. A lomos de Guajiro ejecutó los pasajes más importantes de su labor, banderillas en las que tuvo que llegarle una enormidad al de Pereda. Buscó sacarlo de la querencia para así intentar que la faena no perdiera enteros, y no decayó, entre otras cosas por el sitio que pisa este caballo. Cerró con un par de banderillas cortas en una perra gorda antes de pasaportar al animal de un rejón algo traserito. La oreja fue un justo premio a su labor.
Ventura apuesta por el reservón cuarto y lo desoreja
Ventura apretó el acelerador en el cuarto de la tarde, un toro de Pereda al que tuvo que llegarle siempre mucho. Dejó dos rejones de castigo antes de realizar una faena de menos a más en el que destacaron las banderillas a lomos de Nazarí, un caballo que es figura por los terrenos que pisa. Fueron dos banderillas citando al animal desde la larga distancia, buscando que este se arrancara para batir y salir por el pitón contrario. El de Pereda al sentir la banderillas se defendía soltando la cara dando arreones de manso. A lomos de Guadalquivir volvió a pisar terrenos comprometidos con las cortas antes que aparecieran en acción los Forcados Amadores de Alcochete. El toro ya estaba muy parado y no era fácil llegarle para meterle el rejón de muerte. Tras un pinchazo previo y un rejón algo caído se le pidió unánimemente el doble trofeo, siendo concedido por el usía.
Romero pincha una faena de altos vuelos dando una aclamada vuelta al ruedo
Al igual que hiciera Diego con el cuarto, Romero clavó su primer rejón de castigo al encuentro junto a chiqueros en un claro aviso de su compromiso con la tarde. A lomos de Fuente Rey llevó cosida a la grupa al castaño de Pereda, un toro que tuvo galope y trasmisión pese a salir aburridito de la suerte. Buscó encelarlo con la cola para cambiarle los terrenos. Toro con fijeza y prontitud, pero el cual cambiaba de ritmo cuando de encontraba a pocos metros del caballo. Entendió perfectamente Andrés al animal, sacando este cierto fondo por el buen trato del rejoneador. Dejó banderillas cortas de gran exposición y verdad a lomos de Farrugia, la última fue de las que hielan la sangre, toro y caballo frente a frente a escasos dos metros, tras clavar y salir airoso el público se puso en pie, no era para menos. Todo iba encaminado para un gran triunfo, pero tras la buena pega de los Forcados portugueses Andrés se atascó con el rejón de muerte, cambiando las dos orejas por una aclamada vuelta al ruedo. Pese una petición mayoritaria de oreja, esta no fue concedida por el palco.
Velásquez pasea la oreja del sexto para salir en volandas
Más friote de salida resultó el sexto, un toro que no se enteró de la película hasta sentir el hierro del rejón. Poco a poco fue tomándole el pulso a las arrancadas de un animal con movilidad y transmisión. Velásquez lo citó desde la larga distancia para dejar un tercio de banderillas con algunas desigualdades pero siempre buscando clavar con pureza. A lomos de Ritz consiguió subir el nivel de su faena pisando terrenos muy comprometidos y clavando dos banderillas de gran nivel. Con Bandolero dejó banderillas cortas antes de la salida por tercera vez del grupo de Forcados, los cuales demostraron el gran nivel que atesoran. Tras dar muerte al animal de un rejón en buen sitio paseó la oreja que le abría la puerta grande.
Andrés Romero pasea las dos orejas del toro de regalo
Pidió Andrés Romero el sobrero para no irse a pie tras la controvertida decisión presidencial. En séptimo lugar salio un sardo de Pereda que se movió con brío. Ya en banderillas a lomos de Fuente Rey fue haciendo poco a poco a un astado con fijeza y nobleza. Romero le buscó las vueltas para meterse al respetable en el bolsillo. Con el toro aquerenciado en el tercio se la jugó en más de una ocasión metiéndose entre el animal y las tablas. Pero su momento más alto vino con una grandiosa banderillas de poder a poder en la que se dejó llegar el toro una enormidad. Posteriormente a lomos de Farrugia volvio a revivir los momentos acaecidos en el quinto. Acortó distancias para clavar en la misma cara, ¡qué valor! ¡qué quietud! ¡qué caballo! la plaza a esas alturas ya era un manicomio. Cerró a lomos de Chaman una faena de altos vuelos, pero volvió a pinchar en hueso, afortunadamente el rejón entró al segundo intento cortando las dos orejas, que sumada a la del tercero, le abrían la puerta grande.
FICHA DEL FESTEJO
Plaza de toros de La Merced, Huelva. Tercera de la Feria de Colombinas. Corrida de rejones. Tres cuartos de entrada.
Toros de José Luis Pereda. Con movilidad y transmisión el ovacionado primero; de reservona condición el noble pero desrazado segundo; con movilidad y nobleza el desigual tercero; de geniudo comportamiento reservón cuarto; de movilidad a media altura el noble pero desigual quinto; con movilidad y emotividad el desrazado sexto; con prontitud y movilidad el medido de raza séptimo.
Diego Ventura, ovación y dos orejas.
Andrés Romero, oreja, vuelta y dos orejas en el de regalo.
Paco Velásquez, que tomaba la alternativa, oreja y oreja.
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