Morante de la Puebla cumplió el mes pasado veinticinco años de alternativa y lo ha hecho en su etapa de mayor capacidad cómo torero.
El diestro de La Puebla del Río siempre estuvo tocado por la varita de los genios, pero ser capaz de aunar ese pellizco único con una inmensa capacidad, es algo que le diferencia de los demás. Si a todo esto unimos la firme aspiración de ayudar al toreo en años complicados junto al deseo de recuperar tauromaquias de siempre, estamos ante un auténtico figurón de época.
Nadie podrá agradecer a José Antonio su apuesta firme por ayudar en los terribles años del COVID, para siempre ha quedado la huella de que fue capaz de tirar del carro en una de las épocas más oscuras para la tauromaquia.
Pontevedra le recibe con los brazos abiertos sabedora de que José Antonio ha tenido tardes de mucha inspiración en el Coso de San Roque y la expectación es máxima para disfrutar de un torero que, con Gallito en su referente, está haciendo historia.
Hace 111 años un niño de Gelves hacía el paseíllo con su cuadrilla de niños toreros en Pontevedra, el próximo domingo su mayor heredero y quién más ha dignificado y honrado su legado, pisará la misma plaza con la misión que ambos han compartido siempre, hacer más grande la tauromaquia.
El recuerdo de la faena en la Beneficencia en Madrid ante Pelucón de Alcurrucén está presente, más aún cuando la vacada toledana y el genial artista se volverán a encontrar en el ruedo este domingo.