El año pasado Julián López «El Juli» debutó en la localidad albaceteña de Casas Ibáñez. Teniendo en cuenta el bagaje de una gran figura del toreo como la del madrileño este dato llama poderosamente la atención.
Casas Ibáñez es una tierra que recuerda todavía la presencia de Manuel Benítez y Palomo Linares allí en la célebre temporada de «La Guerrilla».
Hablamos de hace cincuenta y tres años y desde entonces la presencia de las figuras se ha producido con cuentagotas.
El Juli es un torero que esta próxima semana hará doblete en Bilbao, puerto principal de la temporada, pero es consciente de que el toreo necesita recuperar una esencia que nace en los pueblos. Por ello, de nuevo, volverá a hacer el paseíllo en Casas Ibáñez el domingo 28 en una muestra más de compromiso de una figura de época. El torero que este año ha abierto la Puerta del Príncipe, que dejó un San Isidro histórico o que meció a cámara lenta un toro de La Quinta en El Puerto, entre otros hitos, llega para hacer más grande el toreo.
La cita, con José María Manzanares y Tomás Rufo, ante reses de Alcurrucén tiene un carácter de acontecimiento cómo demuestra la expectación generada. En manos de todos está volver a la lógica en la que los pueblos era el auténtico vivero de las grandes ferias.